vitoria. A falta de conocer los nuevos estatutos que hoy presenta en Bilbao el sector que antes representaba Batasuna, los diferentes partidos profundizaron ayer en la brecha que separa a quienes confían en que éste sea un paso más hacia su necesaria legalización, y quienes pretenden prolongar su escepticismo al menos hasta después de la próxima cita con las urnas.

Entre los primeros, que se darán cita hoy en el palacio Euskalduna para escuchar de primera mano las intenciones de los representantes del sector aún ilegalizado, destacó la voz del líder del PNV; un Iñigo Urkullu que sí confía en que el viaje emprendido por este mundo llegue a buen puerto. "Si cumplen con los requisitos, las leyes y las sentencias; si acompañan los dichos y los hechos, nadie debería impedirles terminar con lo que han empezado", subrayó el presidente jeltzale.

Aunque no sea el único leit motiv de los movimientos que se han acelerado en los últimos meses, el hecho electoral es una clave ineludible a la hora de abordar la relegalización de este sector. Y en este sentido, Urkullu se pronunció ayer con total claridad, asegurando que, como parece evidente que esta sensibilidad "estará en las elecciones" -sea a través de una marca legal o por otras vías-, reclamó que se pueda presentar "bajo sus propias siglas y no con recursos a planes B o C, ni con plataformas ni pidiendo el voto para" otras formaciones.

seguir avanzando "Ha llegado la hora de hacer política con mayúsculas", añadió, antes de pedir a la nueva marca que aproveche esta "oportunidad" y haga un último esfuerzo abandonando "para siempre la orilla donde estaba confundida con la violencia".

Otro de los representantes políticos que hoy respaldarán con su presencia la presentación de estos nuevos estatutos, el portavoz de Alternatiba, Oskar Matute, coincide en que éste será otro "importante" paso "dentro de los que ha dado la izquierda abertzale para disipar cualquier duda en torno a su apuesta inequívoca e irreversible por las vías pacíficas". A su juicio, en el Euskalduna se verán hoy respondidas de forma "satisfactoria" las expectativas y las exigencias legales, si bien advirtió de que "otra cosa es que al Estado y a determinados grupos de poder les interese recoger el guante que se va a lanzar" ya que, en su opinión, "todavía hay mucha gente y muchos sectores de poder interesados en no dar los pasos hacia una nueva situación política".

Quizá por eso, el portavoz de la presidencia de EB, Serafín Llamas -que también asistirá al acto- solicitó a la Justicia que "actúe con independencia" ante la nueva marca y exigió a PSOE y PP que le "dejen trabajar" y no "interfieran en su acción condicionando sus resoluciones".

el pp no lo "va a consentir" Desde el otro lado de la trinchera, UPyD y PP se esmeraban ayer por mantener encendidas las alarmas.

Los primeros, a través de su parlamentario, Gorka Maneiro, que acusó a quienes apoyan el acto de hoy de estar "abducidos" y "acomplejados" ante "los radicales.

Los segundos, por boca de tres de sus principales guardianes. Jaime Mayor Oreja recuperó la teoría de la negociación Gobierno-ETA para asegurar que la legalización está ya pactada pese a que el Ejecutivo vaya a "escenificar" una batalla judicial. Leopoldo Barreda lamentó que este sector haya ganado "espacios que había perdido" gracias al aval que hoy le brindará la presencia de otros partidos democráticos. Y María Dolores de Cospedal cerró filas recuperando la "cuarentena" que ya propuso Basagoiti al asegurar que los impulsores de esta nueva marca tendrán que demostrar "durante mucho tiempo que de verdad tienen intención de comportarse como demócratas y que condenan el terrorismo", antes de concluir con una advertencia rotunda: "el PP no va a consentir de ninguna de las maneras que ETA" esté ante las urnas.