El verano quema sus últimos cartuchos y el curso político ya ha echado a andar, también para la clase política vasca. Pero sus señorías han tenido un aterrizaje movidito que ganará enteros en su agitación a lo largo de un mes en el que gobierno y oposición medirán sus fuerzas en media docena de frentes que se entrelazarán y que pondrán a prueba su capacidad de construir país en el segundo año de la era López.
Retos del gobierno. En busca de acuerdos
El curso pasado se cerró convulsionado por la división provocada por el enfrentamiento frontal que mantuvieron el Ejecutivo -y sus escuderos populares- y la oposición en prácticamente todas las áreas de gobierno, y los retos que ahora les aguardan evidenciarán si la brecha abierta entre ambas partes será de nuevo la constante en este ejercicio o si existe la posibilidad de que se alcancen los codiciados acuerdos entre diferentes en materias tan básicas como el propio cumplimiento del Estatuto de Gernika.
El Gobierno Vasco echó a andar el pasado día 31 con la celebración de un Consejo de Gobierno que sirvió para fijar cuáles serán sus principales prioridades. Patxi López reapareció en la arena política para explicar que, ante la negociación de los Presupuestos Generales del Estado que ya ultiman PNV y PSOE, el PSE -que no el Gobierno Vasco- tendrá también un papel que jugar.
Y es que la negociación presupuestaria es sin duda una de las dos grandes protagonistas de este arranque del curso político, tanto en Madrid como en Vitoria.
El pacto cotiza caro en ambos escenarios. Hasta el próximo 16 de octubre no se cerrará el plazo de presentación de enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado y el PNV ya negocia con el equipo del presidente Zapatero las que serán sus principales exigencias, basadas principalmente en el desarrollo del autogobierno ante la falta de liquidez que la crisis ha dejado en las arcas españolas y que limitará el grosor del cheque con el que el Gobierno podría comprar el apoyo jeltzale en un mercado en el que la inversión en proyectos e infraestructuras para Euskadi ha sido tradicionalmente la moneda corriente.
En esta negociación será importante conocer el papel que el Ejecutivo español reserva para el lehendakari. Sus defensores -los miembros de su Gabinete y algunos barones del PSOE- se están cansado de repetir que la opinión de López será "decisiva" a la hora de decidir el coste final de la operación. Sin embargo, desde el PP al PNV, pasando por parte del PSOE, se pone esto en duda argumentando, en el mejor de los casos, que el dirigente del PSE tendrá que ser "generoso" ante una negociación que se espera que transite por una vía reservada sólo para los equipos negociadores de Zapatero y Urkullu. De hecho, Ferraz viene acogiendo en los últimos 15 días reuniones al más alto nivel entre ambos equipos para desbrozar el camino del pacto. Vienen protagonizándolas Urkullu y Erkoreka por un lado y Rubalcaba, Blanco por otro, pero no ningún miembro del PSE. Además, los socialistas vascos debieron de echarse a temblar cuando escucharon de boca del propio Zapatero que su intención es negociar con el PNV "de manera objetivamente preferente", contemplando posibles traspasos que aumenten el autogobierno en base a lo pactado en el Estatuto de Gernika, como -recordó en su defensa- ya hizo el PP en los tiempos en que Aznar "hablaba catalán en la intimidad".
López, al estrado.Debate de Política General
Una de las cuestiones que se trenzará con esta negociación es la llegada a Euskadi de la gestión de las políticas activas de empleo que López trata de arrancar de la vitrina de trofeos del PNV.
Se espera que a mediados de mes se produzca una nueva reunión de la Comisión Mixta de Transferencias en la que Manuel Chaves aclarará a López el futuro de esta competencia pendiente de transferir desde 1979.
El resultado de esta negociación será precisamente uno de los asuntos que calentará el debate de política general que el Parlamento Vasco acogerá el próximo día 23 y en el que López se medirá por primera vez con el resto de fuerzas de la Cámara después de que el año pasado no se celebrara este pleno. Y también en esas fechas, y para limitar los roces que van calentando la relación entre PP y PSE, ambos partidos reunirán la comisión de seguimiento de su pacto, con la negociación de los Presupuestos generales -y de los vascos, que aguardan ser aprobados en diciembre- como telón de fondo.
Tregua de ETA. Oportunidad para la paz
Y es que, si acaso faltaba alguna pizca de sal para terminar de avivar las llamas de este intensísimo arranque de curso, la declaración que ETA se ha encargado de ponerla y, tanto por las expectativas que crea, como por los silencios que deja por llenar, condicionará buena parte del debate político.
En definitiva, un septiembre caliente que servirá para definir las pautas que marcarán el arranque de este curso antes de que el nuevo año alumbre el tiempo de la frenética campaña electoral que muchos de los partidos ya se han lanzado frenéticamente a recorrer y que culminarán con la cita que llevará a los vascos a las urnas en mayo.