El disidente cubano Guillermo Fariñas, al cumplir ayer 100 días en huelga de hambre y sed, se declaró "escéptico" ante los próximos pasos del Gobierno de Raúl Castro con los presos políticos, a quienes, en su opinión, está usando "como piezas de ajedrez". El disidente llegó a los cien días de huelga de hambre en un momento de expectación ante los resultados que pueda tener la mediación de la jerarquía católica cubana ante el Gobierno en favor de los presos políticos. En ese contexto, el psicólogo y periodista de 48 años se ha mostrado dispuesto a abandonar su huelga si son excarcelados los presos más enfermos, entre 10 y 12.
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