roma. El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, y el cofundador de su partido y actual presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, sellaron ayer públicamente su ruptura durante la reunión de la dirección nacional del Pueblo de la Libertad (PDL), la formación política en la que hace poco más de un año confluyeron sus respectivos partidos, Forza Italia y Alianza Nacional.

Berlusconi acusó a Fini de estar generando la división y le invitó a dimitir como presidente de la Cámara Baja. Fini, en cambio, denunció la subyugación del PDL a los dictámenes de la Liga Norte, el principal aliado político del PDL, y criticó la "impunidad" que busca Berlusconi a través de la reforma de la Justicia.

Aunque el ambiente empezó a calentarse la semana pasada, la contraposición entre Berlusconi y Fini llegó a su punto más álgido en la reunión de ayer por la mañana. El primero en intervenir fue el presidente de la Cámara, que defendió su derecho a discrepar con Berlusconi, ya que esto no es equiparable a una "traición" sino que se trata más bien de un gesto de "lealtad", dijo. En concreto se refirió al poder cada vez mayor que tiene la Liga Norte, que es el principal aliado político del PDL, en las decisiones del Gobierno, tal y como demuestra la dureza de las políticas de inmigración adoptadas por el Gobierno. "En el norte nos hemos convertido en la fotocopia de la Liga Norte" y "esto es peligroso", denunció.

Asimismo, criticó la falta de "pluralidad de opiniones y de posiciones", sobre todo de aquellas que "son distintas de la dominante", es decir, la del premier. En concreto, se refirió a las normas con las que el Gobierno está intentando proteger a Berlusconi de la Justicia, afirmando que la reforma de la justicia no puede acabar apareciendo como mera "impunidad". Estas últimas palabras fueron acogidas con silbidos y abucheos por parte del público y produjeron gran contrariedad en Berlusconi, que gesticuló y se movió en su asiento, poniendo de manifiesto su desaprobación.

La dura intervención de Fini, que en varias ocasiones fue interrumpido por Berlusconi, fue respondida vehemente y acaloradamente por el premier, que aunque no le tocaba hablar, prefirió responder inmediatamente a estas críticas.

Entre otras cosas, Il Cavaliere reprochó a Fini sus intenciones de crear una nueva corriente en el seno del PDL. En alusión a una reunión que ambos mantuvieron la semana pasada, Berlusconi refirió públicamente que Fini había admitido que se arrepentía de haber fundado el PDL con él y que quería fundar un grupo parlamentario propio. Estas palabras provocaron la inmediata reacción de Fini, que se levantó y replicó al premier desde la platea.

Il Cavaliere también acusó a su aliado de estar haciendo "el contrapunto político cotidiano al PDL, al premier, al Gobierno".

A pesar de las amenazas, Fini confirmó que no dejará la presidencia de la Cámara ni tampoco abandonará el partido, al tiempo que aseguró que no hará ningún paso hacia atrás en sus posiciones.

La reunión terminó con un claro apoyo a Berlusconi. El documento final defiende el "liderazgo" del premier y rechaza la coexistencia de "corrientes" internas, ya que éstas "niegan la naturaleza del PDL".