vitoria. El Gobierno Vasco optó ayer por ampliar por segunda vez -esta vez en dos semanas- el plazo para recopilar las alegaciones a su reformulado Plan de Educación para la Paz, una decisión que acompaña al llamamiento que los socialistas dirigieron este mismo lunes al PNV con objeto de alcanzar un consenso que hasta ahora no se intuye por ningún lado. Los jeltzales volvieron a ser protagonistas tras el Consejo de Gobierno con un nuevo emplazamiento, esta vez a cargo del consejero de Interior, Rodolfo Ares, para que aclaren qué no comparten del borrador remitido desde Lakua y poder afianzar posturas a través del diálogo.
Y es que el Gabinete López sabe que sin el respaldo del grupo mayoritario en el Legislativo autonómico, el Plan de Convivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia nacería cojo. Más aún cuando el resto de las formaciones nacionalistas con presencia en la Cámara vasca -EA y Aralar- también han solicitado la retirada del borrador remitido por Lakua.
Tan sólo unas horas después del llamamiento de Ares, el PNV pidió al Gobierno Vasco a través de un comunicado que "aclare" si la elaboración del nuevo plan supone derogar el confeccionado con el tripartito en el poder y avalado por el Parlamento Vasco o si, por el contrario, el nuevo documento "simplemente lo complementa". La posición jeltzale viene a reiterar sus críticas ante un documento al que achacan un "enfoque reduccionista" frente al carácter "integral" que constatan en el plan vigente.
Rodolfo Ares, por su parte, lamentó la polémica que ha suscitado esta iniciativa y recordó que el documento remitido no es sino un borrador sobre cuyo contenido el Ejecutivo "no tiene ninguna decisión tomada", al menos con carácter definitivo.
Asimismo, defendió que algunas de las medidas que más polvareda mediática han levantado, como la actividad que implica la recreación de un zulo en las aulas, está recogida en un libro que formaba parte de "soporte" aprobado por el Gobierno de Ibarretxe para sacar adelante el plan.
En Aralar no tienen ninguna duda de que el nuevo plan no se llevará a cabo si no hay consenso. Así lo transmitió ayer su portavoz parlamentaria, Aintzane Ezenarro, a los padres y madres del alumnado vasco que, en definitivas cuentas, son las principales protagonistas de esta iniciativa. En una entrevista en Euskadi Irratia, la dirigente abertzale censuró que los socialistas quieran "anteponer los objetivos políticos a los pedagógicos e incluir dos elementos fundamentales para ellos: la defensa de las instituciones como principio incluido en el plan de paz y la presencia directa de las víctimas que ya han convertido en tótem político".
sin fecha de aprobación Conocida la ampliación del plazo para recabar las alegaciones, la duda que se cierne ahora sobre el nuevo plan es su fecha de aprobación. La intención inicial del Gobierno Vasco fijaba el fin del citado plazo la semana pasada, cuando la comunidad educativa ni siquiera había recibido el borrador del plan. La segunda tentativa amplió el periodo de alegaciones hasta el próximo viernes, lo que permitía al Consejo de Gobierno aprobar el plan en su encuentro del día 27. Con la nueva dilación, no será hasta el 18 de mayo cuando, probablemente, el Gabinete López dé su plácet al proyecto y lo derive -blindado- al Legislativo autonómico para su paso por la Comisión de Derechos Humanos.