GASTEIZ. Los socialistas aseguran que van a extremar su capacidad de diálogo con el fin de intentar un consenso sobre este documento, aunque advierten al mismo tiempo que "no vamos a rebajar los principios fundamentales que defendemos, entre otros la defensa de la legalidad constitucional, en aras de un acuerdo ficticio que deje las cosas tal y como están". Eso sí, y en el caso de que finalmente el documento tenga sólo el apoyo de PSE y PP, asumen que su aplicación puede resultar más complicada.

El portavoz del PSE, José Antonio Pastor, y el parlamentario socialista Mikel Unzalu, han fijado de esta forma la posición de su grupo ante la petición expresa de PNV y EA al Gobierno vasco de que retire la reforma del citado plan, rebautizado como Plan de Convivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia por considerar que busca "adoctrinar".

Pastor ha dicho estar sorprendido de que los partidos nacionalistas "confundan la defensa de la Constitución, las leyes y los valores democráticos con el mantenimiento de posiciones partidistas o incluso con un adoctrinamiento de la población. Sorprende que portavoces que ocupan sus escaños en nombre de la ley la cuestionen luego tan alegremente".

"Estas posiciones demuestras precisamente la necesidad que tenemos en este país de profundizar seriamente en los valores de la democracia. Una cuestión que para nosotros es irrenunciable", ha añadido.

Para el dirigente socialista el PNV demuestra "una escasa capacidad de diálogo" y "voluntad de hacer de esta materia un instrumento de confrontación" al exigir la retirada de la reforma. Y lo hace además, según ha explicado, "desde el presupuesto falso de decir que no se ha tenido en cuenta el anterior Plan de Educación para la Paz".

Y es que, según los socialistas, el nuevo Plan de Convivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia parte del anterior documento y, de hecho, mantiene su aplicación en todo lo referente a la defensa de los derechos humanos. "No pretende romper con lo que hasta ahora se ha hecho con las buenas iniciativas que se han desarrollado". "Al revés --ha precisado Unzalu--, lo que pretende es mejorar y enriquecer las líneas generales del Plan de Educación para la Paz".

El PSE afirma que resulta necesario reforzar la sensibilización de los escolares respecto a una situación de violencia particular que sufre Euskadi, la violencia terrorista, y señala que el hecho de que cerca de un 15% de estudiantes de 12 a 16 años respalden o justifiquen la violencia por motivos ideológicos "es algo tremendo para una sociedad y es una de las cosas que este plan trata de combatir".

Pastor ha considerado que el nuevo plan se limita a recoger los principios inspiradores de la Ley de Víctimas y los mandatos parlamentarios sobre la materia. "Se trata de principios aceptados por todos cuando se aprobó la Ley de Víctima. Entonces, o bien el PNV no fue muy sincero cuando hicieron esa reflexión en su momento o si lo fueron ahora es totalmente oportunista al pedir la retirada del plan.

Finalmente, el portavoz de los socialistas vascos ha reconocido que "evidentemente el horizonte no es el mismo cuando se hace (un plan) con un consenso amplísimo o casi unánime que cuando hay una oposición frontal. Eso evidentemente plantea problemas añadidos, pero la responsabilidad está en quien provoca ese disenso. Yo sigo diciendo que hay plazos y mecanismos suficientes para recuperar el consenso".

El PSE va a presentar sus propias aportaciones al Gobierno Vasco para, entre otras cosas, recalcar que los contenidos del Plan de Educación para la Paz no reformulados "siguen vigentes", destacar el apoyo al mismo de las asociaciones de víctimas del terrorismo o reforzar los argumentos para la presencia de las víctimas en las aulas y evitar la "tergiversación" de esta medida.