vitoria. "No hacían falta siete años para ver la injusticia" que se cometió con el cierre de Euskaldunon Egunkaria. No hacían falta siete años "para exigir la reapertura del diario, para pedir el Habeas Corpus para Pello Zubiria o para exigir que se aclararan las denuncias de malos tratos". En un artículo enviado a este diario y reproducido en esta misma página, el ex-lehendakari Juan José Ibarretxe hace pública su valoración del caso tras conocer la sentencia de la Audiencia Nacional. Ibarretxe, que era lehendakari cuando la Guardia Civil detuvo a los directivos y cerró el periódico, muestra su "alegría" por el "final del calvario" que han sufrido los acusados y su "hastío y enojo" por un proceso que ha acabado con la declaración de su inocencia.

El título del artículo está prestado del que escribió nada más producirse la clausura la entonces portavoz del Gobierno Vasco, Miren Azkarate, texto que el ex-lehendakari reproduce para reforzar sus reflexiones. Es el testimonio de que su Gobierno y "yo mismo" denunciaron lo ocurrido "desde el primer momento" y "lo hemos seguido haciendo" en todo el proceso.

Ibarretxe no pasa por alto las afirmaciones en favor del funcionamiento de la justicia pronunciadas desde las filas del PSE y el PP tras la resolución judicial. En su opinión, es una forma de "ocultar su responsabilidad", olvidando de que existe aún "un caso de torturas por esclarecer". Para Ibarretxe, la sentencia de Egunkaria en el ejemplo más acabado de los "males que aquejan a la Justica española", "un monumento a la sinrazón" y expresión de los "límites de la democracia española".

En el ambiente político-médiático que acompañó al cierre del periódico fueron numerosas las críticas al lehendakari y al Gobierno Vasco por su apoyo económico al diario euskaldun. Desde las filas del PP se lanzaron graves acusaciones de connivencia con el terrorismo al ejecutivo que por entonces presidía Ibarretxe. En su artícculo, el ex-lehendakari alude a la reunión que al día siguiente de la operación celebraron Josu Jon Imaz, presidente del PNV en aquel entonces, Miren Azkarate y él mismo. "Vimos claro que estaba en marcha otra jugada malvada" y que consistía en la creación de una cadena de acusaciones cuyo eslabón final contenía la sentencia de que "todo es ETA, incluidas las instituciones vascas".

Para Ibarretxe, la presencia de la Guardia Civil como protagonista principal de la operación "es lo mismo que decir que el caso Egunkaria lo impùlsó el poder Ejecutivo", es decir, el Gobierno de José María Aznar.