La derecha húngara confía en obtener un arrollador triunfo en las elecciones generales que se celebraron ayer y en las que, según todos los sondeos, se espera que el electorado castigue la mala gestión económica y los casos de corrupción de los últimos ocho años de gestión socialdemócrata. Unos ocho millones de húngaros con derecho a voto estaban llamados a elegir a los 386 parlamentarios de la Asamblea de Budapest. Las encuestas auguran una rotunda victoria para el opositor conservador Fidesz, liderado por el ex primer ministro Viktor Orbán.