moscú. Dos nuevos atentados suicidas en Rusia causaron ayer al menos trece muertos en el sur del país, mientras continúan la investigación de los ataques terroristas del lunes en el metro de Moscú, que se cobraron 39 vidas. "Todo son eslabones de la misma cadena y una manifestación de la actividad terrorista que en los últimos tiempos nuevamente se hace sentir en el Cáucaso norte, contra la que luchamos y seguiremos luchando", declaró el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, durante una sesión del Consejo de Seguridad.

Afirmó, además, que "el objetivo de los terroristas es desestabilizar la situación en el país, destruir la sociedad civil y sembrar el miedo y el pánico entre la población". "Pero no lo permitiremos", aseveró Medvédev, que declaró el lunes una guerra sin cuartel contra los terroristas autores de las explosiones en dos estaciones del metro de Moscú, que dejaron también más de 70 heridos.

Mientras, el primer ministro, Vladímir Putin, no descartó que "actuaran los mismos criminales" tanto el lunes en el metropolitano moscovita como ayer por la mañana en la república norcaucásica de Daguestán. "No importa en qué lugar se cometan los crímenes de esa clase y quiénes sean las víctimas, de qué pueblo o religión. Estos crímenes están dirigidos contra Rusia", dijo Putin, citado por las agencias.

También el presidente daguestaní, Magomedsalam Magomedov, se expresó en la misma línea y aseguró que "los responsables de este crimen, estén donde estén, recibirán su merecido", sentenció.

Ayer trece personas, entre ellas nueve policías, dos civiles y los dos terroristas, murieron en sendos atentados suicidas perpetrados en la localidad daguestaní de Kizliar.

Umarov reivindica la matanza Las explosiones se produjeron a unos 300 metros de unos edificios del Ministerio del Interior y del Servicio Federal de Seguridad (FSB) y de un instituto de educación secundaria. Los atentados dejaron además un total de 28 heridos, ocho de ellos de gravedad. Mientras, el líder de los islamistas en el Cáucaso Norte, Doku Umarov, se atribuyó ayer en un mensaje de vídeo difundido en Internet los atentados en el metro de Moscú. Según dijo, gracias a una orden suya, las atacantes suicidas hicieron estallar sus explosivos el lunes en el metro, indicó la página kavkaz.tv. Expertos del portal de Internet intelcenter.com, que controla los contenidos de islamistas en la red, consideraron que el video podría ser real. Los investigadores rusos ya sospechaban de Umarov. Los periódicos publicaron fotos de las suicidas con las que trabaja el grupo de investigación.

las pistas de las cámaras En tanto continúa la investigación para esclarecer las circunstancias del doble atentado del lunes, donde se espera que las imágenes de las cámaras del metro ofrezcan alguna pista adicional. "Más de 3.000 cámaras (en las estaciones del suburbano) están conectadas con el centro de control de la policía en el metro y los agentes analizan las imágenes las 24 horas del día", explicó el jefe del departamento del Interior de Moscú, Vladimir Kolokoltsev. Las imágenes, que se conservan durante 72 horas, "nos han ayudado ahora a determinar el círculo de personas que podrían estar relacionadas con los atentados del día 29", agregó. Mientras, la megafonía en la línea de metro roja, donde se encuentran las estaciones de Lubyanka y Park Kultury, llama a los pasajeros que puedan aportar cualquier detalle a acudir a la policía.

temor a nuevos ataques El nuevo baño de sangre ha desatado en Rusia el temor a una nueva ola de ataques terroristas. Apenas dos días después de que dos atentados suicidas dejaran casi 40 muertos en el metro de Moscú, ayer se explotaron otros dos terroristas en la república de Daguestán, en el conflictivo Cáucaso Norte. Los analistas creen que, con esta nueva serie de ataques, los insurgentes islamistas quieren dejar atrás sus recientes derrotas y hacer una demostración de fuerza en su lucha por la instauración de un Estado islámico independiente.

El presidente ruso, Dmitri Medvedev, y el primer ministro, Vladimir Putin, consideraron que detrás del doble ataque de ayer en la ciudad de Kisliar se encuentran los mismos autores intelectuales de los de Moscú el lunes. "El objetivo de los terroristas es sembrar el miedo y el terror en la población. No admitiremos eso", prometió Medvedev. Para Putin, "sacar de las alcantarillas (a los terroristas) y traerlos a la luz del día es una cuestión de honor de los órganos de defensa de la ley". La dupla del poder en Moscú prometió combatir el terrorismo con una mezcla de fuerza y profundización de las políticas sociales. Después de numerosos atentados, sin embargo, los rusos dudan de que la política de dureza implementada hasta ahora logre sus objetivos. Muchos temen una espiral de violencia, ataques y contraataques. Sobre todo en la capital, destacan los psicólogos, el miedo a nuevos atentados se expande entre sus más de diez millones de habitantes. Hasta el momento no se sabe con certeza quién está detrás de los atentados. Lo que está claro es que Rusia tendrá que atajar el problema del terrorismo cuanto antes, también por los JJ.OO. de Invierno que acogerá en 2014.