Vitoria. La mujer y la hija del directivo de Moulinex José María Latiegui, que fue asesinado presuntamente por Comandos Anticapitalistas el 14 de abril de 1981 en Usurbil, fueron expulsadas ayer de la Audiencia Nacional por el presidente de la Sala de lo Penal, Javier Gómez Bermúdez, después de que exhibieran carteles con la fotografía de la víctima en la que pedían "justicia" por haberse considerado que su caso había prescrito.

El incidente se produjo al comienzo del juicio que se sigue contra el etarra José Antonio Zurutuza por el asesinato en 1982 del delegado de la Compañía Telefónica en Guipúzcoa, Enrique Cuesta Jiménez -padre de la presidenta de Covite, Cristina Cuesta-, y su escolta, el agente de la Policía Nacional Antonio Gómez García, por los que el fiscal pide una pena de 60 años de cárcel.

En el momento en el que el secretario judicial procedía a la lectura de los informes de conclusiones provisionales, la viuda de Latiegui, Ramona Garrido, y su hija, Amaia Latiegui, se levantaron de sus asientos portando unos carteles con la fotografía del fallecido en los que se podía leer Justicia.

"Nos matan dos veces, nos mató él y está ayudándoles usted", gritaron las dos víctimas desde la zona reservada a los invitados al presidente del tribunal. Gómez Bermúdez les pidió que cesaran en sus protestas y, ante su insistencia, ordenó a las fuerzas de seguridad que las desalojara de la sala.

En esta vista, Cristina Cuesta intervino como testigo para declarar, entre otras cosas, que "la familia Cuesta-Gorostidi ni olvida ni perdona, ni ahora ni nunca" el asesinato de Enrique Cuesta. Desde el banquillo de los acusados, Zurutuza, por su parte, negó los hechos y aseguró que no perteneció a la banda armada ETA ni a los Comandos Anticapitalistas, y que no conocía de nada a Ramón Agra, un miembro de ETA condenado por su participación en el atentado.