Bruselas. A los gobiernos europeos les cuesta echar mano de la cartera y más en tiempos de crisis. Pero anoche es lo que intentaban hacer los Veintisiete para lanzar un gesto de generosidad hacia la cumbre del clima que se celebra hasta el 18 de diciembre en Copenhague. Los líderes europeos negociaban en el Consejo Europeo que se celebra hasta hoy en Bruselas la cantidad de millones que están dispuestos a dar a los países en vías de desarrollo para poner en marcha medidas inmediatas que les ayuden a combatir el calentamiento global del planeta. El objetivo: reunir 2.000 millones de euros anuales, un tercio del dinero que necesitarán en los próximos tres años.
El presidente de turno y primer ministro sueco, Fredrik Reindfelt, recordó ayer, desde su papel de anfitrión, que los países industrializados deben reunir entre 5.000 y 7.000 millones de euros anuales entre 2010 y 2012 para apoyar a los países pobres en su lucha contra el cambio climático, de los cuáles unos 2.000 millones deberían proceder de las arcas comunitarias. Aunque hasta ayer muchos Estados miembros se habían mostrado reacios a dar cifras, como táctica para evitar atarse de manos en las negociaciones que tienen lugar en la capital danesa, el bloqueo que allí se vive llevó a algunos a hacer públicas sus aportaciones.
Este es el caso de Suecia que está dispuesta a dar 765 millones de euros durante los próximos tres años, Reino Unido que ha anunciado 900 millones, y España y Holanda que podrían dar al nuevo fondo 300 millones de euros cada uno. Dinamarca, por su parte, prevé destinar entorno a 160 millones, Bélgica unos 150 millones y Finlandia un centenar. La idea anoche era sumar todas estas contribuciones y lanzar una señal a la comunidad internacional de que la UE sigue a la vanguardia de la lucha contra este gran problema. Al cierre de esta edición, sin embargo, no había todavía ninguna cifra cerrada, ni compromisos oficiales de cara a la creación de un fondo de ayuda rápida. El problema es que algunos países como Alemania quieren mantener la contribución europea en secreto hasta el final mientras que otros países del este creen que el grueso del esfuerzo lo deben hacer los países ricos de la UE debido a la penuria económica que atraviesan sus arcas públicas.
El borrador de conclusiones que aprobarán hoy los 27 constata que la UE se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases con efecto invernadero un 20% para el año 2020 respecto a los niveles que había en 1990. Y recuerda que están dispuestos a elevar este porcentaje hasta el 30% si otros países industrializados hacen esfuerzos similares. Este último compromiso, sin embargo, previsiblemente no se tomará mientras otras potencias como Estados Unidos no mejoren su oferta.
un papel compartido Por otro lado, el presidente estable del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ofreció ayer al jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, un papel compartido en las cumbres que se celebren en España durante su semestre de presidencia de la UE, que comenzará el próximo 1 de enero. Zapatero y Van Rompuy mantuvieron una reunión en Bruselas antes de que ambos participasen en la última cumbre europea que se celebra bajo presidencia sueca. Esa entrevista sirvió para coordinar la actuación de Zapatero como próximo presidente semestral de la UE.