La negociación colectiva, el diálogo y el acuerdo entre la patronal y los sindicatos en las empresas, ha vuelto a crecer en Euskadi, con un importante salto, además, durante el pasado año 2019, según los datos del informe de balance elaborado por el Consejo de Relaciones Laborales (CRL). Así, más de 370.000 trabajadores vascos acabaron el pasado año con convenio actualizado, lo que supone más del 61% del total, unas cifras que no se percibían desde el inicio de la crisis. Además, estos pactos recogen un incremento salarial medio del 2,25%. El dato objetivo -favorecido, sin duda, por la firma del acuerdo en el Metal de Bizkaia por parte de la patronal y las centrales y también por el pacto en la enseñanza concertada- debe ser considerado positivo y es resultado del diálogo, la negociación y el acuerdo entre las partes. Es, por ello, necesario resaltar su valor intrínseco, por cuanto contrasta con la situación de años anteriores, en la que eran gran mayoría los trabajadores que carecían de la cobertura de un convenio en vigor. Pero, además, contrasta de manera más llamativa aún con la actitud de los sindicatos mayoritarios (ELA y LAB) que mantienen una estrategia de confrontación a nivel general que les ha llevado incluso a la convocatoria de una huelga general cuyo fracaso en términos de seguimiento del paro y de consecuencias reales para sus demandas debería llevarles a la autocrítica y a la reflexión en lugar de a la huida hacia adelante en la que parecen estar empeñados al amenazar incluso con nuevas movilizaciones en primavera. El lehendakari, Iñigo Urkullu, ya les emplazó el viernes a canalizar sus reivindicaciones hacia el diálogo social que niegan y boicotean, en cuya mesa pueden tener cauce. Porque solo es ahí, mediante el diálogo de buena fe, donde puede darse, en su caso, la negociación y el acuerdo, como sucede en otros ámbitos. Así, la firma entre el Gobierno español, la patronal CEOE y los sindicatos UGT y CCOO del acuerdo para elevar el salario mínimo en el Estado que tuvo lugar el pasado jueves -mientras en Euskadi tenía lugar la huelga- y el inicio de los encuentros para la revisión de las partes más lesivas de la reforma laboral que aprobó el Ejecutivo de Rajoy en 2012 es reflejo también de que el diálogo puede dar sus frutos, aunque el acuerdo final no satisfaga del todo a ninguna de las partes.