adavez que una noticia invade las redacciones de las teles y radios, el cultivo informativo se centra en los hechos que llaman la atención, y convierte el suceso en fuente de noticias, personajes e historias más o menos humanas. El volcán y sus derivadas llevan doce días alimentando telediarios y programas especiales con el mono tema atiborrando los medios con mayor o menor acierto. Los medios audiovisuales se imitan en el modelo informativo a cultivar y ofrecer a la audiencia. El modelo está probado y estudiado y las cadenas de radio y tele se copian con descarado desparpajo y todos terminan sabiendo a lo mismo, teniendo el mismo color y explotando planos y secuencias similares La teoría del soufle enseña que las intensidades informativas terminan encajando en el usual devenir de los días y las noticias frescas tapan la atención de lo que fue primera plana, atención prioritaria y noticia de alcance. Se imaginan cien días con la noticias de la marcha del volcán camino del océano. Los medios actuales necesitan refresco, nuevos horizontes y personajes distintos. La redundancia necesaria en ocasiones, pide novedades, cambios de escenario y variedad de enfoques. Todo terminará pasando a segundo plano y los informativos olvidarán las fechorías del volcán y sus derivadas circunstanciales. El periodismo de nuestros días enseña que la respuesta a las noticias tiene que armarse a velocidad de crucero y la lengua facilitar palabras de apoyo para construir el esqueleto informativo. Los periodistas repiten con machacona insistencia palabras que permiten asimilar por parte de la audiencia, las circunstancias informativas y durante un tiempo harán habituales vocabulario y expresiones compartidas por millones de consumidores. Es la velocidad de respuesta de los medios la que permite los escenarios informativos cambiantes y adecuados a las necesidades de los devoradores de pasto informativo. Consumo acelerado de la actualidad, que requiere de novedades y refrescadas historias para llenar los in formativos.