Sin pretenderlo
Pedro Sánchez se encuentra estos días ante el dilema de la infanta Cristina y ha elegido
El dilema de la infanta Cristina
Cuando la infanta Cristina tuvo que declarar ante el juez prefirió retratarse como una mujer enamorada que no miraba lo que su marido le pedía que firmara, antes que como una persona consciente de los delitos por los que Iñaki Urdangarín sí fue a la cárcel. Pedro Sánchez se encuentra estos días ante ese mismo dilema y ha elegido: “Ábalos era un gran desconocido para mí”, asegura en RTVE. No ha dicho que estaba enamorado, ni obnubilado ante el modo en el que su colaborador se desenvolvía. Simplemente ha dicho que no lo reconoce porque es evidente que sí lo conoce. Como escribió Javi Vizcaíno: allá a quien se la cuelen.
No paran de hacérselo
Sin pretenderlo, José Luis Ábalos y Koldo García amagan con tirar de la manta en un momento adecuado para el PSOE: “Ferraz atribuye a un ‘fallo informático’ la desaparición de las denuncias por acoso contra Paco Salazar”. En Ferraz aseguran que el sistema entra “en modo ofuscación” en los expedientes que nadie abre en tres meses (que ya es significativo). Las denunciantes se dieron cuenta “después de que se hiciera pública una fotografía de la ministra portavoz, Pilar Alegría, almorzando con el propio Salazar”. También se quejan de que “desde que registraron sus comunicaciones en julio, nadie del PSOE contactó con ellas”.
Los vascos no podemos decirlo
Se rasgan las vestiduras los españoles cuando los vascos decimos que si el canciller alemán pide perdón por el bombardeo sobre Gernika también debería pedirlo Felipe VI, cuya jefatura de Estado es consecuencia directa del franquismo (incluso el coche que usó para recibir a Merz es una herencia institucional). Al mismo tiempo, los españoles se suliveyan con reportajes como este publicado ayer: “Cuando Franco se rindió a los pies de la reina Victoria Eugenia: ‘Los deseos de vuestra majestad serán cumplidos’. Un año antes de morir, la viuda de Alfonso XIII regresó a España para ofrecer un último servicio a la corona” (El Independiente).
Juan Carlos I se pasa al concurso telefónico de televisión local
Cuando vi a Juan Carlos I frente delante de un chromakey con la bandera de España me acordé de aquellos concursos telefónicos que solía haber en las televisiones locales, en los que una presentadora con minifalda y escote hacía entrar llamadas (el modelo de negocio era el tiempo de espera después de marcar un número de tarifa alta) para responder a preguntas aparentemente fáciles. El sistema es el mismo: ella también vendía una moto delante de un chroma, como el emérito. El vídeo es irrisorio y no puedo tomármelo en serio, como sí hacen en Canal Red. De hecho, disfruto pensando en el disgusto de Felipe VI y Letizia Ortiz.
Lo peor del Barça se contagia al Real Madrid
Me decepcionó la deriva del Real Madrid cuando empezó a quejarse de los arbitrajes. Vale que lo del FC Barcelona ha sido escandaloso, vale que lo de José María Enríquez Negreira huele a chamusquina y seguimos a la espera de novedades que tardan demasiado en llegar, vale que los resultados deportivos del club catalán en la liga y copa españoles cuando pagaba a Ngreira nada tenían que ver con los que (no) lograba fuera. Vale todo, pero nada justifica que el Real Madrid active las llantinas y las presiones mediáticas: “Atascado y atracado: así se siente el Real Madrid antes de visitar al Athletic”. Así preparan el partido en The Objective.