SUS inicios fueron en los 80, pero la realidad es que la Inteligencia Artificial que a día de hoy conocemos ha cambiado no solo nuestra forma de informarnos, sino también de nuestra forma de comunicarnos e incluso de trabajar. Pero ¿y antes de trabajar? ¿Puede realmente la IA ayudarnos a encontrar empleo?

Uno de los principales beneficios de los avances agigantados de la tecnología es su capacidad de automatizar tareas que puedan resultar más repetitivas o tediosas. Procesos como la revisión de ofertas de trabajo o la adaptación del currículum a cada oferta pueden automatizarse, lo que nos permite ahorrar tiempo y esfuerzo. Así, podemos centrarnos en actividades más estratégicas y creativas, como la preparación de una entrevista o la redacción de una carta de presentación.”

De hecho, según los datos recogidos en un informe publicado por McKinsey & Company cerca de la mitad de las actividades laborales a día de hoy podrían ser automatizadas o sustituidas por la Inteligencia Artificial.

Si pulsando una tecla es posible conseguir un resultado mucho más rápido de lo que podría hacer una persona, ¿por qué deberíamos apostar por seguir como lo hemos hecho hasta ahora? De hecho, sería irónico decir que este artículo lo he redactado con ayuda de la Inteligencia Artificial, pero en el fondo, bien podría ser cierto. Esto podría resultar algo preocupante, pero ¿por qué no una oportunidad?

Toda moneda tiene dos caras. La IA carece de personalización y la empatía que una persona puede ofrecer. Cuando nos presentamos a una vacante para un trabajo de un sector que nos interese especialmente, ninguna máquina podrá captar la comprensión de matices personales que le podríamos añadir en la entrevista.

Además, algo para tener en cuenta en lo que a la tecnología se refiere, es que la eficacia de ésta dependerá en gran medida de la calidad de datos y las actualizaciones que tenga. Si la información está desactualizada o incompleta, podríamos perder la oportunidad de aplicar a un puesto de trabajo, ya que el buscador inteligente podría no detectarlo.

Que la IA está redefiniendo nuestra sociedad es un hecho, así que, he aquí mi respuesta a la pregunta del millón: debemos averiguar cómo podemos integrarla a nuestras vidas, de una manera equilibrada. La IA puede ser una herramienta muy útil, aunque no es una solución mágica. Esa carencia de humanización en los procesos no se debe ignorar y tampoco deberíamos creer que, porque una máquina lo haga más rápido, lo hace mejor.

Por supuesto, no se trata de oponerse al cambio, sino de entender que la IA debe ser entendida como una herramienta eficaz y útil en estos procesos, pero que nunca podrá reemplazar la importancia del factor humano. Especialmente en los cimientos de la construcción de nuestra carrera profesional.

Directora de Selección del grupo EVOLUS