Pues al final fue “Sí”

La margarita se terminó de deshojar a las 19:00 del viernes. Las bases de ERC optaron por dar su aval al acuerdo negociado por la dirección con el PSC con un 53% de votos a favor, el 44% en contra y una participación alta, por encima del 75%. Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el futuro inmediato de Catalunya y la legislatura estatal han ganado un balón de oxígeno. Ojo: Si el resultado hubiera sido otro, también tocaría respetarlo. Así que mucho cuidado con algunos mensajes que hablan de pérdida de dignidad y de triunfo del poltronismo. Democracia es democracia, aunque no nos guste el resultado.

Contra los bulos

¿Por qué hay que combatir los bulos con todas nuestras fuerzas? Para evitar noticias como ésta: “Cómo la desinformación alimentó un motín de extrema derecha después del apuñalamiento mortal en Inglaterra” (el original, en el NY Times y en inglés). Más de 50 policías resultaron heridos en un estallido de violencia provocado por informes falsos de que el sospechoso del ataque y asesinato de tres niñas era migrante. Sólo una cosa me “maravilla” más que el hecho de que esto pase cuando el acceso a la información es más democrático que nunca: que no tengamos un poquito de amor propio en no dejarnos engañar, con lo poco que cuesta.

Menos tele

Las formas de consumo de información han cambiado y las cifras lo siguen atestiguando: “Ni los Juegos Olímpicos ni el fútbol. La TV tradicional registra en julio otro mínimo histórico” (El Independiente). Contenidos como la inauguración o la Eurocopa han despertado cierto interés, pero este camino no tiene vuelta atrás. Los más jóvenes siguen prefiriendo las plataformas audiovisuales y los servicios de streaming y es responsabilidad nuestra conseguir atraerlos con un producto más a su medida. Todo será bueno mientras detrás haya humanos y no una inteligencia artificial.

La responsabilidad de cada uno

Un establecimiento hostelero de Murcia ha sido noticia porque, en plena ola de calor, habían decidido no colocar mesas en la calle, unos clientes exigieron comer en la terraza y la respuesta del local fue “No vamos a tener a un camarero trabajando a más de 40 grados”. Ante esto, no queda más que aplaudir hasta con las orejas. Cuánto mejor nos iría si nos aplicásemos más veces en la vida la máxima de “No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti” o cualquiera de sus variantes. O dicho de otra forma: que tu ocio no joda al resto (y menos si están currando).

Revisiona, que algo queda

¿Maquillar la historia o respetar las obras de creación pero añadiendo contexto? ¿Dónde ponemos el límite? ¿Hasta qué año lo dejamos como estaba? Preguntas que me surgen al leer sobre la reinauguración del Salón de Sant Jordi de la sede de la Generalitat sin las pinturas de la época de Primo de Rivera. Los hay que han puesto el grito en el cielo porque ya saben, revisionismo. ¿Qué dicen los expertos? Que las pinturas, de 1926 y 1927, eran “de poca calidad” y con una finalidad “ideológica, no artística”. ¿Qué hemos ganado? Recuperar las pinturas renacentistas originales. Pues oigan, yo lo tengo claro.