Hablemos de lo deportivo

Hoy arranca, por fin, el Tour. Más allá de los conflictos que conocemos y que han eclipsado los titulares estos días, la noticia es que por fin podemos hablar de lo meramente deportivo. La gran cita del ciclismo empieza, por fin, a pedalear y lo hace, además, desde Bilbao, exhibiendo Euskadi a los ojos del mundo en sus primeras etapas. Ver cómo un evento de primer nivel mundial nos sitúa en el mapa es motivo de orgullo e ilusión contagiosa. No hay duda de que esto es algo excepcional y de que los beneficios superan con mucho las eventuales molestias, aunque los cuatro de siempre se empeñen en quejarse.

¿Y ahora qué?

Hablar del Tour es, inevitablemente, hablar de la reivindicación de Ertzainas en Lucha. La duda es ¿y ahora qué? Creo que la cita deportiva no ha estado en ningún momento en peligro, pese a las soflamas amenazantes, pero está claro que esto no acaba aquí y que la solución a este conflicto está lejos. En ese sentido, hago míos los llamamientos al diálogo que se han hecho desde esta misma columna. La fractura con la sociedad está patente y la vía de la imposición nunca ha sido la mejor para lograr objetivos, pero quiero creer que aún no es tarde para reconducir y volver a coser relaciones con un colectivo que siempre ha dado la cara.

Cómo son tras las cámaras

Que a un periodista le pillen con un micro abierto no es habitual. Por eso, suele ser un ejemplo muy ilustrativo de cómo es esa persona cuando cree que nadie le escucha. Esta semana pillaban a Susanna Griso diciendo:“Esta chica que no sé ni cómo se llama no me interesa verla” justo después de dar paso a una reportera. Parece claro que no se refería a la compañera a la que acababa de saludar por el nombre (desde Atresmedia han explicado que tenía una conversación paralela con control sobre otro tema que iban a tratar más adelante) pero es bastante ilustrativo de las ínfulas que gastan quienes realizan un periodismo basado en su ego.

Hablemos de cifras

La pataleta tras perder una Alcaldía puede llevarte a tirar de una serie de datos que tienes que tener bien controlados para no quedar como Cagancho en Almagro. Porque claro, que EH Bildu ponga el grito en el cielo porque la alcaldesa de Durango, Mireia Elkoroiribe (PNV) vaya a cobrar 30.000 euros más al año que la anterior regidora, Ima Garrastatxu (EH Bildu) es lo fácil. Lo difícil es aportar el contexto que nos lleve a entender la dimensión real de esos datos, como que el coste del equipo de gobierno de PNV y PSE será menor que cuando gobernaba Bildu y éstos costarán más en la oposición que los jeltzales. Qué cosas.

Otra ‘excepción’ más

Al filo del mediodía del viernes saltaba la noticia que confirmaba que no estamos ante la enésima excepción, sino ante la constatación de un hecho que no me cansaré de señalar: “El PP recula y llega a un acuerdo con Vox para compartir el Gobierno de Extremadura” (Público). Lo presidirá María Guardiola, la misma que hace 10 días afirmaba que no podía tener en su Gobierno a Vox con el argumento de que no podía dejar entrar en el Ejecutivo a quienes niegan la violencia machista. El atisbo de plante, reconozcámoslo, molaba. Pero otra más a la que le toca tragarse el sapo sin que Vox se haya movido ni un ápice.