Las mujeres facturan

De vez en cuando vuelven a primera línea los chanchullos del matrimonio Rocío Monasterio-Iván Espinosa de los Monteros. El tema es que ya no somos sólo los periodistas, sino que la propia Agencia Tributaria cree que Monasterio no realizó ningún trabajo para su marido en la venta de un edificio, pese a haberlo facturado a 169.000€. Esto tendrá el recorrido judicial que tenga que tener, pero lo que merece que nos paremos a comentar es la justificación de Monasterio: “Yo no soy como la sumisa de Galapagar, yo a mi marido le facturo, y le facturé poco para el trabajo que hice, porque las mujeres facturan”. Es difícil quedar de más machista con tan pocas palabras.

Como asar salchichas con Picassos

Es como asar salchichas quemando cuadros de Picasso”. Es el símil que utilizaba en una entrevista en La Sexta Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana-CSIC, para referirse a lo que está pasando con Doñana. Una fantasía de símil para una realidad gravísima y preocupante. PP y sus socios de Vox, negacionistas hasta del cambio climático, siguen en su huida hacia delante, en contra del criterio de expertos y de la Unión Europea, y han aprobado ampliar regadíos en Doñana. Que la cercanía de las elecciones no te estropee la posibilidad de sacar rédito, aunque sea a costa de provocar un desastre medioambiental, supongo.

No se habla de la regla

No tenemos para olvidar tampoco que Vox son los del famoso PIN parental, medida que permite a padres y madres vetar la asistencia de sus hijos a actividades escolares tales como charlas sobre violencia de género y homofobia. Me he acordado inevitablemente de esto al leer que Florida tiene nueva ley, ‘Don’t say period’, que sirve, básicamente, para que en los colegios se prohíba hablar sobre la regla, la higiene íntima o la educación sexual hasta los 12 años. Se suma a una ristra de leyes que censuran a la comunidad LGTBI y el antirracismo, entre otras cuestiones. Posiciones ultras al otro lado del charco que tienen sus ecos por aquí. Por no olvidarlo.

Por tus tweets te diré cómo eres

¿Qué dicen tus redes sociales de ti? Es un interesante ejercicio de autoexploración el que nos propone el donostiarra Jordi Martí, creador de la app abbrevia.me. Mediante nuestras últimas interacciones, utilizando la inteligencia artificial, puede deducir nuestros gustos, ideología y tendencias: Cuál es la imagen que proyectamos, cuáles son los temas que más nos llevan a opinar o, incluso, concluir qué tipo de persona parecemos ser. Quizá nos llevemos alguna sorpresa...Y ojo, porque la app ha generado tanta curiosidad que abre la puerta a que las empresas la utilicen como herramienta para saber a qué tipo de persona van a contratar.

Cada vez menos conectados

Está muy extendida la idea de que los jóvenes estamos ‘enganchados’ a las redes sociales, pero en El Periódico de España leemos sobre un curioso reducto: el 12% de jóvenes de entre 16 y 34 años, que resisten al poder de las redes. Hablan de ellas como una droga y argumentan que, desenganchándose, quieren cuidar su salud mental, sentirse mejor con sus cuerpos y proteger sus datos personales. Antonio, matemático de 29 años, explica: “Invierto mi tiempo en cosas para mi y no pierdo el tiempo mirando chorradas en el móvil”. Es un resumen tan certero que casi duele, porque nos pasamos la vida mirando a la pantalla mientras la vida, precisamente, transcurre fuera de ella.