onozco a Juani Ruiz desde hace veinte años. Casi siempre que nos hemos encontrado ha sido en la clínica de Beit Sahour (municipio vecino de Belén), donde trabaja desde hace tres décadas, en el área de proyectos de cooperación con fondos de la Unión Europea, de la Agencia Española (AECI) y del Gobierno vasco entre otros. Fondos humanitarios que el Gobierno israelí quiere eliminar en la medida en que dotan a ONG palestinas de una autonomía que el sionismo quiere suprimir. Por eso, el 13 de abril fue detenida, de madrugada, en su casa cercana a la Iglesia de la Natividad y trasladada a un centro policial donde estuvo siendo interrogada ocho horas diarias, durante 12 días. Le aplican la Ley Marcial destinada a los palestinos, pero no se queja por correr su misma suerte, sino porque la propia ley hace innecesarias las pruebas. El Gobierno sionista piensa que no las necesita. Le basta con acusar. Su impunidad internacional llega muy lejos.
Juani trabaja desde hace 30 años para la ONG Comités de Salud de Palestina (HWC en inglés), una organización que lleva adelante proyectos sanitarios y sociales y gestiona catorce clínicas y centros de salud repartidos por los territorios ocupados. En su compromiso está su pecado: ayudar de manera humanitaria al pueblo palestino.
Su trabajo está refrendado por la Unión Europea que ha hecho, muy recientemente, una investigación “no encontrando ninguna irregularidad en el uso de fondos por parte de los Comités de Salud y de la propia Juani Ruiz”. Esta afirmación la hace el Alto Representante, Josep Borrell.
Si tuviera que definir a Juani con una sola palabra elegiría el apelativo de buena. Una mujer buena y valiente. Y comprometida. Se casó con un palestino cristiano, Elías Rismawi, con el que ha tenido una hija, María, de 35 años, y un hijo, Georges, de 30. Es una trabajadora humanitaria sin militancia partidaria alguna. Su bandera ha sido siempre la solidaridad volcada en mejorar la salud de la población.
Ella ha venido a Euskadi más de una vez a entrevistarse con ONG e instituciones, presentando siempre auditorías y la debida justificación económica de los proyectos. ONG como Solidaridad, MPDL, ACSUR, Mundubat, Sodepaz, Paz con Dignidad, Mugarik Gabe, pueden testificar su buen hacer, transparencia y eficacia. No es casual que 120 organizaciones sociales del Estado español pidan su libertad.
Además, los Comités de Salud de Palestina están financiados también por otros países como Dinamarca, Suiza, Irlanda, Noruega, Suecia, Alemania y Reino Unido; por organismos multilaterales como Unrwa, Unicef, OMS, PNUD Y Unfpa, así como por ONG internacionales como Oxfam, Medical AID y Save the Children, donantes que exigen los más altos estándares en justificación pública del destino de su financiación. Son decenas las instituciones y ONG europeas que trabajan con los Comités de Salud de Palestina en programas de salud preventiva, vacunación infantil, planificación familiar, ginecología, atención a zonas rurales con clínicas móviles, formación sanitaria, etc. Todas estas actividades se quieren criminalizar por parte del Gobierno sionista, y ello incluye criminalizar con falsas acusaciones a las personas que en ellas trabajan.
Interlocutora y guía de visitantes políticos del Estado español, de todas las ideologías, Juani ha sido siempre una voz de la sociedad civil, equilibrada, objetiva en la transmisión de la realidad. En el Consulado General de España en Jerusalén la conocen bien. Juani es ejemplar, entregada a su trabajo, discreta, honrada, pacífica. No es casualidad que un grupo de diputados y diputadas del PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, JxCat, EH Bildu, Compromís, BNG, Más País, Equo, CUP y NC hayan firmado una declaración de preocupación por la “situación agónica” de la cooperante. Algo así no habría ocurrido ante la mínima sospecha de que las acusaciones israelíes sean ciertas.
Pero lo cierto es que está detenida y encadenada de pies y manos, como un criminal en sus traslados, por obedecer a su conciencia y trabajar por la gente. Fue detenida y hasta un mes después no fue acusada formalmente por la justicia militar. Efectos personales como medicamentos, gafas, ropa, libros, útiles de higiene, le fueron entregados dos semanas más tarde de ser detenida por un contingente militar de más de veinte soldados. Su juicio puede tener lugar en próximas semanas, pero Israel no tiene prisa. Un juicio político presidido por militares es un cóctel que, con seguridad, afecta a la estabilidad y seguridad de muchas ONG locales y extranjeras.
La división de poderes está siendo dinamitada en el caso de Juani Ruiz. Pero el mensaje israelí ya está dado. Quien se solidariza con el pueblo palestino, la paga.
La libertad de Juani Ruiz es urgente. Acusada de pertenencia a organización ilegal, sin pruebas, ella siempre ha tenido a gala ante sus amigos el ser independiente, no afiliada a ningún partido político. Si se le pregunta a Juani cuál es su ideal u objetivo en la vida, te dirá lo que dice la buena gente: “El fin de la ocupación y una vida en paz de los dos pueblos”. En el conflicto israelo-palestino, Juani actúa como ciudadana que reivindica los derechos humanos, individuales y colectivos. En un escenario caótico, la solidaridad vehemente que emana de Juani es una declaración por la vida, como paradigma y como vida cotidiana.
Juani será o no puesta en libertad de acuerdo con factores políticos, no judiciales. Y esto es así porque Israel utiliza este tipo de hechos con fines estrictamente políticos. En este caso se trata de advertir a las ONG extranjeras y a las locales, palestinas e israelíes, del peligro que corren si prosiguen con sus actividades. Las clínicas palestinas en todos los territorios ocupados son una suerte de testimonio de las brutalidades represivas de la parte sionista. Molestan. Por eso las presiones que se hagan desde Europa son importantes. Israel, como Estado, debe ser advertido de que acciones como la detención arbitraria de Juani Ruiz no pueden ser toleradas y deben tener consecuencias desde la Unión Europea y sus tratados con Israel.
La amenaza que se cierne sobre ONG palestinas y otras israelíes como Breaking the Silence (Rompiendo el Silencio) y Alternative Information Center puede tener que ver, asimismo, con sus denuncias por los impedimentos de la administración sionista a la libre entrada de vacunas contra el covid-19 en los territorios ocupados.