La presencia del lehendakari, Iñigo Urkullu, en el High Level Political Forum (foro político de alto nivel) de la ONU en Nueva York presenta una triple vertiente -de confirmación, contribución y compromiso- en la que se reflejan varios de los principales ejes que han venido caracterizando el esfuerzo de su gobierno. Confirmación en el panorama internacional de la fortalezas de la gobernanza a otro nivel de cercanía, el de una nación sin Estado como Euskadi-Basque Country, a la hora de enfrentar los desafíos del siglo XXI y en contraste con las resistencias que esa labor encuentra en la estructura de los Estados creados en siglos precedentes, por cierto tantas veces evidenciadas en las propias Naciones Unidas. Contribución desde esas fortalezas de nuestro país a las imprescindibles políticas globales, actuando como prototipo de desarrollo a escala a través de las iniciativas ya emprendidas en ámbitos cuyos desafíos precisan sin embargo y por su magnitud de una conjunción de fuerzas, como el del medio ambiente, el desarrollo sostenible o el reto global de los movimientos migratorios, todos ellos presentes en el discurso del lehendakari Urkullu. Y compromiso en que ese doble esfuerzo que supone confirmar a los ojos del mundo nuestras fortalezas y contribuir con ellas a las que respondan a las necesidades de una sociedad cada vez más global se compagine con los niveles de desarrollo humano que también convierten a la sociedad vasca y su capacidad de cohesión social en ejemplo, entendido este como base y modelo para resolver problemas y avanzar en el conocimiento. La presentación en el marco de Naciones Unidas por Urkullu de la Agenda Vasca 2030 que, con su centenar de propósitos y casi otros tantos compromisos, es acorde a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU -fin de la pobreza y el hambre, Educación, Salud y Bienestar, Igualdad de género, Energía no contaminante, Empleo y crecimiento, Sostenibilidad...- supone por tanto una oportunidad inmejorable de mostrar un modo distinto de gobernanza construido desde la cercanía a la sociedad vasca pero con la responsabilidad de formar parte de los agentes que se declaran dispuestos a afrontar los enormes retos, pero también las oportunidades, que la globalización y el exponencial y vertiginoso desarrollo tecnológico nos presentan.