Síguenos en redes sociales:

Una historia

El pasado sábado por la tarde, jugaban un partido de Segunda División Catalana femenina el Terrassa y el Viladecavalls en el estadio Olímpic de Terrassa. Una lesión grave de una jugadora local, que tuvo que ser evacuada en ambulancia, obligó a parar el partido demorando su duración. Detrás de una de las porterías entrenaba el equipo de veteranos del Terrassa que, impacientados porque el final del partido se retrasaba y, por tanto, también el inicio del suyo frente al Júpiter, decidieron hacer valer sus derechos de machitos al grito de clásicos como “iros a la cocina, iros a fregar” -originales sin duda los chavales- y mi favorito “sois unas guarras”, porque ya se sabe, todas las mujeres somos una guarras siempre que no hagamos lo que el cenutrio de turno considera que debemos hacer. No lo cuentan las jugadoras, que tras una pelea con los del equipo veterano acabaron juntas sentándose en el centro de campo como protesta, sino el acta arbitral. Así que la árbitra decidió suspender el partido en el minuto 32 de la segunda parte. Me queda la duda de si el magno partido de veteranos Terrasa-Júpiter se jugó. Y esta historia, con nada de cariño y mucha mala leche, va dedicada a esos y esas que predican que lo de la igualdad está hecho, que las mujeres que levantan la voz son tal y son cual. Ya.