No lo niego. La imagen fue impactante y, en cierta manera, una metáfora del inicio del año oficial. Era el día 7 del presente mes. Sucedió en el parque de La Florida, donde un enjambre de funcionarios y de distintos vehículos municipales se afanaban en despejar la zona verde de ilusiones y de buenos deseos y de apilarlos en el remolque de uno de los furgones desplazados a la zona. En otro, adocenadas esperaban un nutrido grupo de las imágenes de las que hasta ese día conformaban el belén más querido de Gasteiz. Sobre la plataforma del transporte, y ancladas con cierta vehemencia, las figuras de una vaca y de su cría cohabitaban con la de uno de esos personajes secundarios que tanto lustre acostumbran a aportar al conjunto. Fue en ese instante cuando caí en la cuenta de que ese mismo día y a la misma hora las formaciones políticas que componen el plenario del Consistorio vitoriano habían dado por rota la tregua navideña y habían iniciado el primero de los gruesos debates preelectorales de los muchos que restan hasta que los vitorianos nos expresemos en las urnas. ¿Casualidad? Seguramente. Pero no me negarán que hay alegorías cuyo significado se antoja, cuanto menos, inquietante. En fin, supongo que todo se debe al inicio real del año.
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