La Conferencia Sectorial de Migraciones, la segunda celebrada ayer en el plazo de un mes, sirvió para poner sobre la mesa de trabajo tanto del Gobierno español como de las Comunidades Autónomas, la actuación conjunta sobre la llegada de menores extranjeros no acompañados (menas) agravada este verano por la fuerte llegada de migrantes a la península. La reunión sirvió para trazar las líneas de trabajo de las administraciones, todas concernidas por el escenario migratorio. Además trajo consigo el desembolso de 40 millones de euros en seis meses -hasta la aprobación de los presupuestos para 2019- que el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social pondrá a disposición de las Comunidades para hacer frente a la asistencia de los 10.000 menores extranjeros no acompañados en el Estado español. Sin embargo, el anuncio del fondo económico del Gobierno -sin concreción en el presupuesto destinado a cada comunidad autónoma- no puede obviar la urgencia en el reparto solidario de los niños y niñas con el objetivo de atenuar la presión existente en aquellos lugares que acogen a mayor número de menores que llegan solos, como son Euskadi, Andalucía , Catalunya y Melilla. El plan de trabajo incluye la puesta sobre la mesa a corto plazo de este reparto equitativo que solventaría la sobreocupación en algunos centros de menores de aquellos territorios que concentran sistemáticamente el grueso de los menores extranjeros no acompañados. El carácter voluntario de las comunidades respecto a este acogimiento que ayer propuso la ministra Carmen Montón deja el escenario abierto a que, de nuevo, sean los mismos lugares de destino los que se repitan dejando la acogida en manos de algunas Comunidades Autónomas. Bajo el principio de “corresponsabilidad institucional” en los territorios del Estado, en el que ayer insistió el Gobierno Vasco, recordando los más 700 menas que actualmente acoge la CAV, debiera fundarse el reparto equitativo y la distribución solidaria. De este modo, se evitaría que algunas comunidades estén sobrecargadas y en otras apenas haya presencia de menores extranjeros no acompañados. Es el de ayer un paso valorado positivamente, pero insuficiente para cerrar de una vez una acogida solidaria y urgente, y hacerlo con garantías sin olvidar, en ningún caso, la protección de los menores y su gran vulnerabilidad.
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