El arranque del curso político en Euskadi tras el paréntesis veraniego está dejando mensajes de alto interés respecto a las posiciones estratégicas de los partidos y también de claro contenido simbólico para un periodo que se prevé especialmente intenso. En este sentido, el PNV ofreció ayer en su tradicional primer acto de la temporada en Zarautz una imagen de fortaleza interna e ideológica, queriendo marcar sus prioridades, sus apuestas y sus posibles aliados para abordar los grandes retos de Euskadi a corto y medio plazo. El acuerdo sobre el nuevo estatus y su apuesta por ensanchar lo más posible el consenso, el traspaso de las transferencias pendientes para cumplir el actual Estatuto -para lo que los jeltzales se plantean dar estabilidad a Pedro Sánchez con el objetivo de alargar lo más posible la legislatura y dar tiempo a un posible acuerdo al respecto- y un cambio en la política penitenciaria son las claves que, de arranque, plantea la formación liderada por Andoni Ortuzar. Pero, además, el acto de ayer de Zarautz tuvo la virtualidad de que se pudo visualizar de manera fehaciente la sintonía entre el PNV y el nacionalismo catalán que representa el PDeCAT, con la presencia de sus máximos líderes, el presidente David Bonvehí y la vicepresidenta, Miriam Nogueras. Una presencia que debiera zanjar las especulaciones interesadas respecto a la supuesta brecha existente entre la formación vasca y la catalana, agudizadas tras la reciente visita que realizó el lehendari, Iñigo Urkullu, al líder de ERC Oriol Junqueras, en prisión por orden del juez Pablo Llarena que instruye la causa del procés. Una interpretación torticera y con elementos de clara manipulación que había generado malestar en ambas formaciones. Más allá de la foto de los líderes vascos y catalanes juntos, Ortuzar proclamó de manera rotunda la exigencia de “inmediata puesta en libertad de todos y todas las presas” del procés, algo que, por otra parte, ya había pedido de igual manera el propio lehendakari, aunque algunos quisieron obviarlo. Con esta imagen y este mensaje de solidaridad, el PNV parece querer dejar clara su sintonía con Catalunya y su legítima reivindicación de un referéndum legal en el que la ciudadanía pueda decidir libremente su futuro y por la exigencia de una normalización social y política que pasa de manera urgente por la puesta en libertad de todos los líderes independentistas encarcelados de manera injusta.
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