Entre las curiosidades que podemos destacar señalamos el mojón kilométrico que se encuentra en la calle Florida y nos recuerda cuando la carretera general pasaba por el centro de Vitoria-Gasteiz. Así mismo, la Plaza del Machete. Para mí, uno de los rincones más bonitos de Vitoria-Gasteiz. ¿Por qué Plaza del Machete? En la edad media el procurador general renovaba en esta plaza el juramento que habían hecho los miembros del Ayuntamiento. Este juramento se hacia sobre un machete con el que se amenazaba con coartarles la cabeza si lo desobedecían.
El Meridiano situado en la calle Eduardo Dato indica uno de los meridianos que pasan sobre Vitoria en un mapa. Éste en concreto es el meridiano 2 grados, 40 minutos y 18 segundos contando a partir del meridiano 0 o de Greenwich. Así mismo, la Altura de Vitoria-Gasteiz. En el andén principal de la estación de Renfe se encuentra una placa con la altura de nuestra ciudad desde el nivel del mar: 528,6 metros.
Entre las casas más antiguas de Vitoria-Gasteiz se encuentra la Torre de los Anda que fue fundada en el siglo XV y también El Portalón. La casa de las jaquecas -cercana al Palacio de Ajuria Enea, residencia oficial del lehendakari-: este edificio en realidad es el Palacio Zuloaga construida en 1901 y tiene un conjunto de esculturas de estilo clásico con las manos en la cabeza.
Un lugar en el que hemos jugado e investigando, adentrándonos de pequeños era el búnker de Salburua, lugar desde donde salieron los aviones que bombardearon y arrasaron Gernika, Durango y otros lugares de Euskadi, cercano al campo de Arana, cuando los miércoles por las tardes en el colegio San José nos llevaban a jugar al fútbol. Para llegar al campo de Arana solíamos pasar por el campo de Juzdimendi; hace más de 5 siglos los judíos que vivían en Vitoria emplazaron en el Parque de Judizmendi (en euskera “monte de los judíos”) su cementerio. Cuando en 1492 se les expulsó de España se acordó con ellos que nunca se edificaría en el camposanto.
Estas y muchas cosas tiene Vitoria-Gasteiz dignas de ser conocidas por sus habitantes y los foráneos que nos visitan.