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Superviviente vs. ave fénix

Cayó Mariano Rajoy. Lo imposible. El paradigma de la supervivencia política, el epítome del dontacredismo sumado al no hacer nada para que todo pase y al proverbial manejo de tiempos. Rajoy, que ha pasado de la euforia de aprobar los Presupuestos y creer encarrilada la legislatura el miércoles 23 de mayo al golpe letal de la sentencia de Gürtel apenas 24 horas después y, ocho días más tarde, el día 31, a ese escaño vacío, ocupado por el bolso de Soraya Sáenz de Santamaría, convertido en la perfecta metáfora de un Rajoy y un PP noqueados, aturdidos, desorientados y disgustados. Una rabieta que Rajoy masticaba en un restaurante próximo al Congreso, desairando a la Cámara y a la ciudadanía a la que ésta representa. Y cayó nada menos que ante Pedro Sánchez, ascendido a la Secretaría General del PSOE por quienes creyeron que podrían manejarlo y luego defenestrado con nocturnidad y alevosía por esos mismos y empujado a renunciar a su escaño para resurgir en unas primarias en las que se impuso al aparato y, tras meses de gris segundo plano, impulsado en fulgurante moción de censura hasta la Moncloa en un trayecto que seguramente ni él mismo imaginó. El superviviente y el ave fénix. De verdad que la política española nunca deja de sorprender.