Bajo suelo
Todo, hay que soterrarlo todo. Nuestro escanciador diario del cortado mañanero lo tiene claro. Se trataría de dejar el tráfico para la superficie (tranvía, TAV, bus eléctrico y todo lo demás) y el resto, bajo suelo. Apunta que habría que empezar por el Casco Viejo y terminar, dentro de unos años, por Larrein, ya que considera que la pobre gente que vive donde Cristo perdió los clavos, suficiente tiene por ahora. Esto lleva a los viejillos del bar a varios debates que a nosotros nos pillan con la guardia baja. Hay reflexiones que a primera hora de la mañana sientan mal. Primero, si Cristo perdió los clavos, las sandalias o qué. No se crean, aquello dio para rato porque resulta que en no sé qué sitio se dice de una manera, en otro de otra... Luego si el soterramiento habría que hacerlo simplemente dando la vuelta a todo, es decir, si íbamos a estar bajo suelo y boca abajo. Vamos, en plan La aventura del Poseidón, andando por los techos y esas cosas. Por increíble que parezca, la propuesta que más consenso alcanzó fue recuperar aquella idea que tuvo un alcalde de esta ciudad pero a lo bestia, es decir, cubrir todo el municipio (63 entidades locales menores incluidas), con una gran cristalera y luego echar tierra por encima. Un césped bonito, eso sí.