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Inestabilidad

La política española hace tiempo que parece un dragonkhan pero lo de las últimas 72 horas, admitámoslo, no hay biodramina que ayude a llevarlo con cierta serenidad. Existe la tentación de atribuir la inestabilidad en la que las instituciones españolas viven instaladas al no menos inestable escenario catalán. Y probablemente es cierto que las tribulaciones del procés han acabado por extender su manto de incertidumbre más allá de Catalunya -a fin de cuentas, medio Govern oficioso y/o en la sombra vive entre Alemania, Bruselas y cárceles madrileñas-, solo hay que ver el complejo bucle de explicaciones en el que está embarcado el PNV para argumentar su decisión de apoyar los Presupuestos del Estado a pesar de que el 155 sigue vivo. Pero en Madrid hace tiempo que solo se juega a corto, por mera supervivencia, asediados por la corrupción, por sus propios partidos, por sus minorías parlamentarias o por las encuestas electorales. Si alguien puede ser considerado un superviviente en política ese es Mariano Rajoy. Ha sobrevivido a todo, literalmente. Veremos si supera también la moción de censura de otro que se pretende alumno aventajado, Pedro Sánchez, que ha sobrevivido a su partido y a sí mismo para sorpresa de casi todos. ¿Y sobrevivirá Pablo Iglesias a la consulta sobre su chalé? ¿Y Albert Rivera? ¿Morirá de éxito?