Drew se mosquea
Tengo el corazón dividido. No sé si Drew -nombre ficticio- es mi héroe o, poniéndome en el lugar de cualquier adulto responsable, un cabroncete con pintas que merecería quedarse sin postre hasta cumplir los 40, por poner. Esta es una de esas noticias que bien podría -no lo descarto- ser una fakenews de esas pero que nos alegran el día. La televisión australiana Nine Network informaba de la aventura de Drew, un chaval australiano de 12 años, que se cabreó con su madre. No se habla del motivo, pero Drew se mosquea, coge una tarjeta de crédito de su madre, le pide a su abuela que le dé su pasaporte, compra billetes de avión de Sídney a Perth y de Perth a Denpasar -en Bali- y reserva habitación en un hotel de lujo. Y allá va. Hace la maleta y en lugar de ir al colegio coge un tren hasta el aeropuerto y embarca: “Solo me preguntaron por mi identificación de estudiante y por mi pasaporte para ver que al menos tenía 12 años y que estaba en secundaria”, ha explicado Drew, con todo su morro. En el vuelo de Perth a Denpasar, el fenómeno se permite grabar un vídeo. Aterriza, alquila una bicicleta -toma ya intermodalidad de viaje- y se va al hotel, donde se registra advirtiendo de que su hermana llegará pronto. Cuatro noches de hotel que se marca Drew, hasta que su familia vuela a Bali para recogerlo de vuelta a casa. El angelito.