La visita a Euskadi del ministro-presidente de Flandes, Geert Bourgeois, refuerza las relaciones de cooperación entre ambos gobiernos en los campos de desarrollo económico y social ya fijados hace casi tres años en la Declaración de Intenciones firmada en Bruselas. Pero, además, ha permitido constatar la coincidencia del máximo representante político de la región de Flandes con el diagnóstico de Iñigo Urkullu sobre el papel que deberán asumir en el modelo europeo de integración política las regiones con capacidad legislativa. Siendo entidades subestatales, el proyecto europeo ha pecado de falta de instrumentos de participación suficientemente estables, influyentes y ejecutivos pese a que su incorporación al mismo desde la potencialidad que les otorgan sus capacidades de diseño, legislación y ejecución sería un mecanismo de empaste en favor de la cooperación europea y un motor de impulso allí donde las relaciones entre estados, con sus prioridades de carácter interno, resultan insuficientes. Reconocer y depositar parte de la responsabilidad de la interrelación europea en entidades que articulan en muchos casos a naciones sin estado, es un modo de contar con ellas como aliados y no como factores de desestabilización. La cooperación supraestatal que tanto busca el proyecto europeo desde su nacimiento también se consolida mediante la iniciativa coordinada de entidades administrativas con competencias propias que no ven en las fronteras, su reforzamiento interno o su salvaguarda una prioridad superior a la del bien común de la coordinación de esfuerzos para la obtención de resultados compartidos. Una carencia que la Unión Europea ha percibido con los efectos de la reciente crisis económica cuya superación ha dejado abiertas heridas norte-sur y ha resucitado viejos fantasmas euroescépticos y amenazas del populismo xenófobo. El lehendakari ya explicó la visión vasca sobre el futuro de Europa -convertida en documento oficial aprobado por el Consejo de Gobierno hace poco más de un mes-. Esa visión en la que las naciones sin Estado y las regiones con capacidad legislativa puedan participar de pleno derecho en el proyecto sin intermediarios en los ámbitos de su competencia exclusiva requiere, como se propone, de una institución europea que las convierta en sujetos de pleno derecho, activos del potencial de la Unión Europea. Savia nueva para el proyecto.
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