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Tragedia y espectáculo

entiendo, porque lo comparto, el rechazo y la indignación hacia alguien capaz de matar a un niño, y entiendo que cuando se produce un hecho tan trágico la labor de los medios es informar, cuando hay algo de lo que informar, porque son sucesos que generan alarma social y horrorizan por incomprensibles. Ninguna cabeza normal puede asimilar así como así el asesinato de un menor. Incluso entiendo que gente cercana a las víctimas pueda acudir al juzgado a descargar su ira contra la acusada. Entiendo, pero no comparto, que las divas de las mañanas revoloteen alrededor del cadáver del pobre crío para alimentar sus inconmensurables egos y renovar al alza la próxima temporada. Lo que no entiendo es que la chusma, porque no hay otro adjetivo para definirla, asista al espectáculo con no sé qué excusa, porque no le mueve ni la compasión, ni la indignación, ni el dinero ni la vanidad. Nadie capaz de sentir algo genuino ante lo que ha sucedido va a apoyar a los padres al funeral como si el Real Madrid hubiera llegado a la ciudad, sonrientes, con salvas de aplausos y exigiendo justicia mientras graban todo con el móvil. ¿Para qué? ¿Para tener un recuerdo? ¿Para enseñárselo a los amigos? Es de una frivolidad alarmante, es sencillamente asqueroso.