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No es que haya quienes opinen que iniciativas como Me too o el Día Internacional de las Mujeres puedan ser meros elementos folclóricos o de postureo; es que aún hoy hay quienes manifiestan que la realidad a la que responden este tipo de iniciativas no existe. Ambas posturas son preocupantes, sobre todo pensar que una realidad de miles de años de historia -a pesar de los indudables avances del último siglo- de absoluta imposición y dominio del discurso y las estructuras del hombre como vértice social, o ya no existe o no debería cambiarse. La realidad, en forma de fríos pero contundentes datos, revela que aún existe un gran camino por recorrer. Que esas cifras que hablan de brecha salarial, de desequilibrios en la asunción de tareas familiares, de estereotipos machistas, de inhumana y despreciable violencia... que todo eso, aunque se pretenda difuminar -por acción o por omisión- sigue siendo real y está ahí. Ese es el sentido que DNA ha querido dar hoy a las distintas páginas especiales que jalonan este periódico. Un triunfo de las mujeres en la vanguardia de la lucha feminista ha sido arrojar luz sobre esa realidad para luego impulsar, con mucho esfuerzo, pasos para ir cambiándola. Y ojalá estemos ante la hora del cambio definitivo. Un cambio que será, sin duda, una magnífica noticia para mujeres y hombres.