Todos son malos
acabáramos. Resulta que disolvemos el Parlament, destituimos al Govern, metemos a los que mandaban en el trullo, sacamos a las empresas de Catalunya, enviamos a las gloriosas fuerzas de seguridad y orden, repetimos las elecciones... y volvemos a perder. ¿Están abducidos estos catalanes? ¿No se dan cuenta de qué es lo mejor para nuestros (perdón) sus intereses? ¿Qué estamos haciendo mal para que cada vez nos voten menos a pesar de lo mucho que hacemos por ellos? Esta última pregunta quizá fuera la correcta, claro, pero me da a mí en la nariz que es la única de las anteriores que ni siquiera se han planteado los próceres del PP. Y encima, gana Ciudadanos (allí Ciudadans) y se niega a intentar formar gobierno. ¿Cómo se les ocurre semejante afrenta a Rivera, Arrimadas y compañía? Para el siempre ponderado Rafael Hernando, “este comportamiento supone lavarse las manos, tirar la toalla y mostrar alergia a gobernar y decidir”. Como Mariano Rajoy en las últimas elecciones generales cuando se negó hasta en dos ocasiones a presentarse a la investidura ¿no? “Entonces lo intentamos, pero el PSOE nos dijo que no”, rebate el sensato Hernando. Pues ya sabes Inés, inténtalo con Puigdemont o con Junqueras antes de renunciar a tu triunfo.