Mientras diferentes expertos señalan en miles las muertes anuales en el Estado por cáncer profesional, desde Osalan calculan unas 300 muertes anuales en Euskadi. Una epidemia silenciosa.
Mientras, el Ministerio de Trabajo del PP, únicamente recoge en su registro CEPROSS: un total de 26 cánceres profesionales, 18 por el amianto y 56 casos de asbestosis en el conjunto del Estado en 2016 (es decir, sin registrar, siquiera las ya reconocidas y compensadas por el INSS). Dicho registro, sitúa a Euskadi en cabeza con 8 casos, es decir, el 30,75% de los cánceres registrados.
Estas cifras, expresan una política ocultadora de la epidemia, al no recoger, ni el 1% de las enfermedades de este tipo, registradas en el entorno europeo. Estudios científicos nos señalan que más del 95% de los mesoteliomas (enfermedad derivada exclusivamente del amianto) permanecen ocultas, es decir, sin reconocer su origen laboral y sin la compensación económica de la Seguridad Social. Sin duda, el cáncer pulmonar, padece mayor ocultación, para eludir cualquier responsabilidad empresarial por sus infracciones preventivas.
Los esfuerzos para ocultar estos cánceres de origen laboral se han visto multiplicados por la actitud de la EVI del Instituto Nacional de la Seguridad Social (tal vez cumpliendo directrices del Ministerio), al rechazar los derechos de personas afectadas por mesotelioma pleural o carcinomas pulmonares, con probada la exposición al amianto durante años, en las tareas de mantenimiento, con manipulación continua de amianto en la Papelera Tolosana o en empresas Siderúrgicas como Pedro Orbegozo-Acenor.
Esta actitud del Equipo de Valoración del INSS de Gipuzkoa es inhumana, cuando rechaza las prestaciones económicas derivadas de enfermedad profesional a personas con graves enfermedades y las obliga a ir a los juzgados, menospreciando el informe de Osalan, que prueba la exposición al amianto y multiplicando el sufrimiento del enfermo y sus familias.
Es posible, que dichas resoluciones respondan a políticas para ahorrar y recortar las prestaciones de la Seguridad Social. Es injustificable que durante años se nos hiciera trabajar sin protección alguna ante el riesgo cancerígeno, es intolerable, que nieguen el derecho más elemental al enfermo de cáncer por dicha causa, intentando ocultar la epidemia de cáncer profesional.
Nos vamos a permitir más burla, ni maltrato.