Cuando escribo estas líneas los estadounidenses están en plena jornada electoral. Ese extraño limbo temporal caduco entre la elaboración de este texto y su lectura, porque para cuando llegue a sus manos -salvo imprevisto- ya conoceremos al nuevo presidente de Estados Unidos, nos permite quizá cierto remanso para recordar algunas cosas que sobre esta campaña y a modo de balance hemos oído en las últimas horas. Una que me ha llamado la atención aparece en un artículo de análisis en Fox News titulado Las tres mentiras más importantes sobre estas elecciones, que sitúa como la gran tercera mentira el fin del mundo. “No”, escribe Greg Gutfeld, “y si se está acabando no tiene que ver con estas elecciones”. Y es que esta particularísima campaña que ha vivido Estados Unidos, plagada de insultos, de miedos, de mentiras, parecía que se iba a dirimir en términos de voto de castigo, un procedimiento al parecer muy en boga en la medida en que se le atribuye algunos resultados sorprendentes, por ejemplo, en el referéndum sobre el Brexit o en la consulta sobre el Acuerdo de Paz de Colombia. Dice Gutfeld que que gane Clinton o gane Trump no es un asunto tan relevante. Que sí lo fueron el asesinato de Kennedy o la dimisión de Nixon y que, a pesar de ello, los estadounidenses continuaron con sus vidas. Veremos...