Tres ayuntamientos franceses han prohibido el uso del denominado burkini en sus playas, alegando motivos de higiene y de laicismo del Estado galo. Debate interesante, por complejo. ¿Debería prohibirse esa especie de bañador integral, cabeza cubierta incluida, en los espacios públicos? Motivos de higiene. ¿Nadie se ha bañado alguna vez con camiseta en la playa? ¿Y quién nos garantiza que todos los bañadores estándar de la piscina o la playa de turno han pasado con la necesaria periodicidad por la lavadora? Laicidad del Estado. Esta cuestión es clave en Francia. Ahora bien, ateniéndonos a esa laicidad, ¿qué pasa en la playa de uno de estos municipios si alguien luce al cuello una cadenita con crucifijo? ¿Y estamos planteando que es obligatorio estar en la playa en bañador o bikini en el caso de las mujeres? ¿No es eso discriminatorio? ¿No tenemos derecho a vestir libremente? ¿O hay límites? ¿Hasta qué punto? Y con todas esas preguntas encima de la mesa, ¿estaríamos hablando de esto sin atentados como el de Cannes? Y el uso de este tipo de prendas ¿es libre? ¿Siempre? ¿Por qué se usa? ¿Qué representa? ¿En qué lugar sitúa a la mujer respecto al hombre? ¿En qué lugar sitúa a la mujer en la sociedad? ¿Es un debate sobre seguridad, sanitario, religioso, de igualdad entre sexos, de libertad? ¿Cómo abordarlo?
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