el Alavés debe ganar al Numancia, va a ganar al Numancia. No tengo dudas de que todo el inmenso trabajo llevado a cabo por Bordalás y sus jugadores va a tener el premio merecido. A pesar de las limitaciones económicas, de las trabas para armar un equipo campeón tanto en verano como en el mercado de invierno. A pesar de las críticas de algunos puristas que han cuestionado desde el principio los métodos del entrenador, sus formas a veces ásperas, su discurso prudente y en absoluto grandilocuente. El alicantino huye del humo y solo vende trabajo. Los resultados están ahí. El ascenso directo debe ser y será un hecho esta noche al abrigo de Mendizorroza. El estadio se va a llenar, o casi. Los aficionados también se merecen una alegría de tamaña naturaleza después de años de sinsabores, de vivir aterrados la oscura etapa de Piterman, de sufrir la amenaza real de que su club muriera asesinado por las argucias del ladrón ucraniano y la detestable falta de control de las autoridades políticas. A partir de mañana debe volver a resurgir, esperemos que potente, el Glorioso del que tanto nos enorgullecimos hace ya la friolera de tres lustros. La dirección de Josean Querejeta y el trabajo de Javier Zubillaga también han sido fundamentales. Aupa Alavés.