Citando a Europe, it’s the final countdown. En honor a la verdad, y tras semanas de calma chicha, la última ha sido vertiginosa, un buen rosario de reuniones en múltiples modalidades -del tête à tête a las multilaterales rollo plenario de la ONU- aparejadas a una más profusa aún montaña rusa de ruedas de prensa. Lo llaman transparencia, en fin. En cualquiera de los casos, habemus pacto, 130 sobre 350, pero pacto. Hay cosas que ya no sorprenden en política, así que no hablaré del contenido de ese acuerdo ni de la legión de fans que el gran Groucho Marx cosechó para la iglesia de estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros; en honor a la verdad, reconozcamos también que pactar es renunciar. Y además, como nos ha enseñado Pablo Iglesias, esto es un juego de tronos y Pedro Sánchez lo ha aprendido bien, quizá mejor de lo que quisiera Iglesias, ya veremos. De momento, vamos camino de las dos votaciones de investidura con la casi garantía -aunque, vista la experiencia de Artur Mas en Catalunya, yo ya no me la juego- de que Sánchez no saldrá elegido. Las últimas teorías de la Villa y Corte apuntan a una moviola allá por abril. Por el camino, quizá Sánchez haya reflotado su cuestionado liderazgo en el PSOE, ya veremos también. It’s the final countdown, quién sabe si solo la primera.