“Durante una primera inspección ocular, parecía que había dos cuerpos sin vida. Luego se pudo comprobar que en realidad el segundo cuerpo era un muñeco con características especiales”. Son las declaraciones de un fiscal argentino al que le ha tocado llevar el caso de un vecino de Balcarce, municipio de la provincia de Buenos Aires, que apareció muerto en la cama. A su lado, el muñeco en cuestión. Los encontró el jefe del finado, que debió de preocuparse porque el sujeto llevaba días sin ir a trabajar. Fue el primero en ver el espectáculo: el muerto sobre el colchón, y sobre el colchón un espantapájaros “con características especiales”, en definición del señor fiscal. Esas características especiales consistían en un tubo de 15 centímetros que sobresalía de la bragueta del pantalón del espantapájaros. Pueden imaginar el uso que el finado le dio al tubo. Necesidad acumulada, al parecer. O un arrebato lúbrico de consecuencias fatales. Intuyo que el pobre desgraciado viviría alejado de cualquier vecindad y no tuvo que dar explicaciones a nadie durante el transporte del muñeco al tálamo, aunque también cabe pensar que residiera desde hace tiempo en el hogar: meses de convivencia sexual y poca conversación, hasta el fatal desenlace.
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