apoco más de cuatro meses para las elecciones municipales y forales en Euskadi, los partidos políticos tienen prácticamente engrasada la maquinaria para afrontar semanas de precampaña y campaña de unos comicios que serán claves para resolver múltiples cuestiones que afectan directamente al ciudadano, en momentos aún muy complicados desde la perspectiva económica y social. Aunque algunas formaciones miran más allá de estos comicios, ya que su objetivo principal será la siguiente cita en pocos meses para las elecciones generales en el Estado, la actividad política se centra ya en los mensajes y candidatos para los ayuntamientos y diputaciones, las instituciones más cercanas. Pasados ya los días navideños, este fin de semana ha sido, en este sentido, pródigo en actos políticos dentro de una precampaña que ya está lanzada. El PNV presentó ayer a sus candidatos en toda Euskadi con un marcado carácter municipalista y el PP alavés se trajo el sábado a Vitoria a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría para elogiar a la Guardia Civil en un alarde anti-ETA, amén de otros actos de contenido electoral de Podemos en Sevilla -mientras aclara su decisión sobre las listas municipales- y el PSOE en Barcelona. Quien de forma más clara ha dado un paso adelante ha sido el PNV, que arrancó esta precampaña con una presentación a lo grande de sus listas en la que su presidente Andoni Ortuzar quiso mostrar la ambición de su partido y dejó clara la ambición de alcanzar el gobierno tanto de las tres diputaciones forales como de las alcaldías de las capitales. Una tarea que no será nada sencilla y para la que los candidatos jeltzales cuentan con el aval de su propia gestión institucional en varios niveles y el objetivo contenido en su lema -Hacer crecer Euskadi- para hacerse con la confianza de los ciudadanos. Por contra, los socialistas parecen haber iniciado esta carrera sin excesivo entusiasmo, casi como si las elecciones municipales supusieran un molesto aunque ineludible obstáculo que se interpone -acechados por Podemos- en su batalla por la Moncloa. Mientras, el PP como Bildu aún no han definido su hoja de ruta, aunque ambos se juegan mucho en su intento por conservar sus cuotas de poder en Álava y Gipuzkoa, respectivamente, en ambos casos habiendo acusado un fuerte desgaste en la gestión de la legislatura que ahora termina.
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