Vaya mierda de 2015 nos espera. Doce meses sin que Gasteiz sea capital de nada, salvo de la CAPV, y sólo en versión administrativa, aunque con partida económica consignada en los Presupuestos del Gobierno Vasco. Qué desazón. En 2012 fuimos los más verdes de Europa. Se nos llenó el cuerpo de orgullo green hasta tal punto que todo lo que se realizaba ese año era sostenible, sostenible hasta lo insostenible de la situación, insostenible hasta el punto de alargar la fiebre verde durante gran parte de 2013, con proyecto de río urbano incluido, hoy realidad fluyente por la Avenida de Gasteiz. Ese estiramiento del galardón encontró relevo en 2014 con la capitalidad gastronómica, pagada a doblón a una cuadrilla de listos que se dedican a eso, a vender coronas de papel a precio de oro a ayuntamientos necios dispuestos a presumir de algo en este mundo de apariencias. Este año no cabe alargar eso de la gastronomía porque hay elecciones y los cuchillos y las mentiras ya sobrevuelan nuestras cabezas. Sin embargo, puestos a regalar dinero público a empresas privadas, una costumbre natural entre nuestros gobernantes, Gasteiz debería rebuscar en el mercadillo de capitalidades y encontrar una para este 2015. ¿La más ridícula quizás? Pues según el precio.
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