Aquí ando, sacándole brillo a mi uniforme de soldado de asalto imperial. Un mundo en el que todo un Darth Vader, brazo ejecutor del "imperio" decide presentarse a unas elecciones, la fiesta de la democracia, y va la Comisión Electoral ucraniana -está Ucrania para bromas, dirán con razón- y se lo prohíbe. ¿Dónde vamos a llegar? ¿Es que el pobre padre de Luke (Skywalker) no tiene derecho a la redención sometiéndose a la soberanía del pueblo? ¿Qué somos? ¿Drones? Resulta que el Lord Oscuro, el Lord Sith, es un electricista de 58 años oriundo de Kiev, Viktor Chevchenko. Otro mito caído. Y los funcionarios de la Comisión Electoral han concluido que su candidatura a la presidencia por el Partido de Internet intentaba desacreditar las elecciones. Me temo que la clase política en Ucrania, y en lo que no es Ucrania, ha hecho todo lo galácticamente posible por desacreditar los procesos electorales, pero bueno, eso es otra historia. Incluso sugieren que tras Vader se oculta un contubernio -gran palabra- rusófilo. La vida nos da tan pocas alegrías en estos últimos tiempos, que ver a Darth Vader haciendo campaña me empezaba a hacer ilusión. Me tendré que conformar con Esperanza Aguirre a lo Thelma y Louise por la Gran Vía madrileña.
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