Los datos oficiales sobre la afiliación a la Seguridad Social registran en los tres territorios de la CAV una bajada del orden del 10% y entre todas las comarcas vascas destaca la magnitud del descenso en la Rioja Alavesa, evidenciando el deterioro alarmante que palpamos los que aquí vivimos.

Si nos fijamos en los datos concretos de Álava, en los entornos urbanos de Vitoria, Amurrio o Llodio la destrucción de puestos de trabajo ha sido importante, del orden del 11%, mientras que en la Álava rural ha sido menor, del orden del 7%. Pero una diferencia aparece camuflada en el maremágnum de datos: la Rioja Alavesa ha perdido casi el 20% de los puestos de trabajo frente al 4% del resto del mundo rural alavés.

Y si aún profundizamos más, veremos que en localidades netamente vitícolas como Baños de Ebro, Elciego, Lanciego, Lapuebla de Labarca, Navaridas o Samaniego el porcentaje de puestos de trabajo perdidos supera llega al 30% o al 40% en algún caso. Cifras tremendas que obligan a una reflexión sobre lo que se está haciendo mal.