puede que no todo acabe como empiece. Es posible que las tornas cambien y que me tenga que comer estas líneas, que lo malo del periodismo escrito es que permanece. Pero, de momento, las sensaciones percibidas me reafirman en algunos comentarios anteriores: el Alavés va razonablemente bien y el Baskonia no. En sentido deportivo hablo, que de otros aspectos ya nos ocuparemos en otra ocasión. Da la sensación de que Natxo González va acertando con las teclas a tocar en cada concierto, de que su orquesta va afinándose y compenetrándose como ya lo consiguiera en el ejercicio anterior, el del ascenso a Segunda. El Alavés, de nuevo, explota al máximo sus virtudes, se muestra mentalmente fuerte y sabe a qué juega. Otra cosa será que esto sea suficiente como para luchar por las primeras posiciones, que parece difícil en esta categoría aunque yo no lo descartaría de antemano. Menos mal que ganaron al Sporting después de un comienzo complicado. Si no, igual hoy estaríamos hablando de otro proyecto, de otro entrenador. El caso del Laboral Kutxa es distinto. La paliza recibida ante el Barça en la Supercopa y las malas sensaciones ofrecidas ante el Gran Canaria en el debut liguero no hacen sino confirmar lo que muchos, la mayoría, nos temíamos: se siguen bajando escalones. Scariolo es un entrenador de reconocida y probada factura, pero no sé si será capaz de conjugar tanto despropósito reunido en su plantilla. Competir un equipo con tantas carencias, técnicas y de temperamento, se antoja muy jodido.