LOS millones de desplazamientos en coche durante esta Semana Santa son la prueba del algodón para una de las medidas de ahorro energético del Gobierno español que más debate ha suscitado entre la opinión pública: el límite de velocidad a 110 kms/h en autovías y autopistas. Nada mejor que conducir unos cientos de kilómetros para poder contrastar de primera mano si esa regulación de la marcha tiene un efecto tangible y beneficioso para el bolsillo del ciudadano. Pero, de momento, la única ecuación con un resultado cierto es ésa que apunta que a un comienzo de periodo vacacional en el que se esperan 14,4 millones de desplazamientos por carretera corresponde una subida a cotas históricas del precio del combustible. Difícil cuadrar las cuentas en esta tesitura para el consumidor. Porque respecto al mismo periodo de 2010, la gasolina se ha encarecido alrededor de un 16% (cuesta unos 10 euros más ahora llenar el depósito) y el gasóleo ha experimentado un incremento de cerca del 20% (unos 12 euros más el llenado completo). Esta undécima subida consecutiva en el caso de la súper 95 es una pésima noticia para comenzar este corto tiempo de vacaciones. El hecho de que, tras un periodo alcista, el precio del petróleo registrara un descenso en los últimos días, no ha repercutido ni en la economía doméstica ni en los presupuestos que manejan quienes se dedican al transporte de mercancías por carretera (sector cada vez más amenazado por la crisis). Tampoco la libre competencia, la proliferación de estaciones de servicio de diferentes marcas establecidas a pie de carretera, ha supuesto un ahorro sustancial en una oferta que no va más allá de un par de céntimos arriba o abajo por litro. Hay otras opciones más baratas, pero es necesario buscarlas fuera de las rutas habituales de desplazamiento que es donde, por regla general, surgen las urgencias o las obligaciones de cargar carburante. Triste consuelo, por otro lado, ése de recordar que los precios en el Estado están por debajo de la mayoría de los países de la eurozona; triste consuelo porque no es sino un aviso de hasta dónde pueden seguir subiendo los dígitos en las próximas semanas. Por lo tanto, parece que el supuesto ahorro de combustible por la moderación de la velocidad se consumirá al abonar el siguiente repostaje.