Según parece, los mercados -algún día intentaré saber qué nuevos monstruos son esos- están machacando las economías de los estados de la zona euro. Grecia, Irlanda y Portugal han pedido socorro y sin pérdida de tiempo, ministras y ministros, autoridadas y autoridados, periódicas y periódicos han saltado como resortes a ¿tranquilizarnos? diciéndonos que la economía española está como un roble y que no hay motivos de preocupación.

Y en mi vieja memoria ha saltado la alarma. Mi vieja memoria recuerda los tiempos en los que los sucesivos desgobiernos que padecíamos nos informaban de las subidas de precio por negación. Que cuando los periódicos decían que el aceite no iba a subir, subía el día siguiente; que cuando decían que la gasolina no iba a subir, subía al día siguiente; y lo mismo cuando decían que el pan no iba a subir.

No sé lo que piensan ustedes sobre este asunto ni lo que van a hacer, pero yo me he puesto a buscar un paraíso fiscal por Internet para asegurar los 1.000 euritos que tengo reservados para un porsiacaso.