otro miércoles más. Y el Alavés sigue como estaba, o sea, líder en la tabla pero con su futuro pendiente de un hilo. La rueda de prensa semanal más esperada de los últimos tiempos volvió a saldarse con otra decepción. A falta de mejores noticias, el teniente de diputado general Claudio Rodríguez recuperó su discurso preferido: arremeter contra los Ruiz de Gauna. Porque como no capitalizan ellos el club, pues ajo y agua hasta que lleguen otros. Nada de quejarse ni de reivindicar nada. Les conminaron a que se hicieran a un lado y abrieran una ampliación de capital y el actual presidente alavesista no tuvo más remedio que plegarse. Que no se me entienda mal, que tampoco le estoy defendiendo. Porque ha querido hacerse con el club sin poner prácticamente un euro. Y así tampoco son las cosas, que ya tuvimos bastante en este sentido con Piterman y con Ortiz de Zárate. "Es que trabajamos mucho", replicaban él y sus hijos. Y yo, oiga, pero me da que ése no es mérito suficiente para dominar un club tan importante. Ahora que ha finalizado el plazo de ampliación y sigue sin concretarse la llegada de nadie, la Diputación exige una prórroga. Y Ruiz de Gauna se pone chulo. Y Claudio Rodríguez más. No tiene derecho a nada más que a esperar a que se concreten las negociaciones que el principal acreedor mantiene con los interesados en el, supongo, apetitoso pastel que las penurias económicas van a poner delante de sus narices. Y el Alavés sigue como estaba. Y ya ha pasado otra semana más...
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