Habiendo leído la carta de Joseba Ibarrola Leibar, publicada el pasado día 16 en DNA, he considerado conveniente responderle, como titular del Departamento foral de Obras Públicas y Transportes, de forma personalizada a través del mismo medio que usted ha utilizado.

En tiempos en los que la confrontación parece ganar terreno al diálogo, quiero empezar estas líneas agradeciendo el tono empleado por usted a la hora de exponer sus preocupaciones. Cualquier discrepancia formulada desde el respeto resulta enriquecedora.

Yendo al fondo de la cuestión, que no es otra que el aparente conflicto que se suscita entre cualquier intervención en materia de infraestructuras con la consiguiente afección sobre el territorio y más concretamente con los usos anteriores de dichos terrenos, debo señalarle que no sólo entiendo sino que comparto plenamente esa preocupación. Desde el comienzo de legislatura, ha sido una constante el interés de este Departamento por minimizar los impactos inherentes a toda obra intervención en la red viaria.

Si nuestra primera responsabilidad es la de atender las necesidades que, en materia de seguridad, presenta nuestra red de carreteras, le aseguro que el desempeño de dicha responsabilidad está siempre guiado por la necesidad de compatibilizar esas con el mantenimiento de la idiosincrasia y los usos del entorno sobre el que actuamos.

La seguridad, además de irrenunciable, es una labor de todos, también en lo que se refiere al trazado de la carretera A 625. Agradezco que reconozca la necesidad de este proyecto en una zona "encorsetada" por una orografía complicada y unas infraestructuras y equipamientos históricos que dificultan este tipo de planes.

No tratamos de hacer una autopista ni siquiera una "vía rápida", sino una carretera más segura. Para ello, durante bastantes meses hemos tratado de alcanzar un acuerdo de mínimos que conjugue la demanda de una infraestructuras más segura y la afección que genera su construcción.

En este empeño, no sólo nos ocupamos de compensar para que el patrimonio particular afectado no quede disminuido, sino que lograremos revertir a la zona muchos metros cuadrados de terreno hoy ocupado.

En la confianza de que estas líneas sirvan de respuesta a sus reflexiones, le saluda atentamente,

Luis Zarrabeitia

Diputado foral de Obras Públicas y Transportes