la prensa ha recogido un recordatorio del Síndico de Vitoria-Gasteiz advirtiendo de cuestiones tan obvias como el hecho de que los agentes municipales no se deben limitar a formular denuncias o que no se deben desentender de actuar cuando se encuentren en presencia de conductas amenazantes. El que suscribe fue víctima del comportamiento de esta naturaleza por parte de un agente el pasado 6 de setiembre y ello dio origen a un escrito al Síndico, con ánimo de denunciar semejante proceder y evitar se repita. Los hechos: aparco mi coche en la Avenida de Gasteiz, sin advertir que lo estaba haciendo en zona de carga y descarga (llena de vehículos particulares estacionados, de ahí mi error). Al terminar la maniobra, me increpa el conductor de una camioneta de reparto, conminándome a abandonar la zona. Le contesto que no había visto la señal y, antes de poder retirar mi vehículo, coloca su camioneta junto a mi coche y me encajona totalmente. A continuación, llama a la Policía Municipal y me dice que me voy a enterar, y desatiende mi petición de que me deje salir. Al cabo de unos 5 minutos, llega un agente, a quien le explico que no había visto la señal y que he sido detenido allí contra mi voluntad. De hecho, el municipal debe requerir al otro conductor para que retire su camioneta y que yo pueda salir del vehículo. Hasta en tres ocasiones se lo repito, obteniendo siempre la misma respuesta: "yo estoy aquí para sancionarle; si quiere, usted puede denunciar al denunciante".
Cuando me acerco al otro vehículo para comprobar sus datos, el otro conductor me dice: "sí, sí, toma nota, que yo me he quedado con tu cara y con tu coche, o sea que ándate con cuidado". Ante semejante amenaza en presencia del agente, se lo hago notar, pero me vuelve a repetir que si quiero, denuncie al denunciante. Increíble, pero cierto. A todo esto, el agente en ningún momento se quiso identificar. Solamente cuando leí la denuncia, ya en casa, observé que había puesto, junto a un garabato, un número. Casi hay que buscarlo con lupa. La cosa no queda ahí. Tras recibir la denuncia, hago alegaciones y las remito por correo certificado al Ayuntamiento, a la jefa de la Sección de Multas de Tráfico, el 2 de noviembre. Cursé también la denuncia al Síndico. Pues bien. Sin que medie respuesta alguna -en la notificación se dice que "en caso de formular alegaciones, una vez concluida la instrucción, la instructora elevará propuesta de resolución dándose únicamente traslado de la misma al interesado, para que pueda formular nuevas alegaciones en el plazo de 20 días naturales..."- recibo por correo ordinario un comunicado de vencimiento de deuda, aplicándoseme un recargo del 5%.
Ser víctima de un atropello semejante en Vitoria, ser detenido contra mi voluntad por un energúmeno y ser desatendido, desamparado y finalmente multado por un agente municipal le cuesta a uno la nada despreciable cantidad de 200 euros. Más el 5%. O sea, que además apaleado sin que la jefa de la Sección de Multas de Tráfico del Ayuntamiento se haya dignado darme traslado de resolución alguna. Tengo gran respeto por el trabajo de los agentes municipales. No siempre estaré de acuerdo con su labor, pero la respeto. Conozco a algunos personalmente y reconozco su dedicación y su preparación. El incalificable proceder del agente que me tocó en suerte no puede empañar la labor de todo el colectivo. Pero las cosas, cuando se han mal, se deben denunciar. Y corregir.
Me he alegrado, como muchos vitorianos y vitorianas, de la designación de Vitoria-Gasteiz como green capital. Me parece muy bien subrayar nuestras políticas medioambientales, nuestros muchos y buenos puntos verdes. A ver, señor alcalde, si podemos hacer algo también para que desaparezcan puntos negros como éste de un comportamiento abusivo de un agente de la autoridad y de un desamparo absoluto frente amenazas, premiado además con una multa cuyas alegaciones ni siquiera se molestan en contestar -más de dos meses y medio después de formularlas- ni comunicar resolución alguna al interesado. A ver, señor alcalde, si ahora que felizmente parece que va a desaparecer la kale borroka, se va a permitir la kale borroka particular de energúmenos amparados por la incalificable conducta de un agente municipal como la que he descrito.
Gorka Knörr