CREO firmemente que un artista tiene derecho a poder vivir con dignidad de su trabajo, sin que éste se considere de propiedad pública y de tráfico gratuito. Creo firmemente que las leyes tienen que proteger el derecho de propiedad intelectual, los derechos de autor. Y creo firmemente que el engranaje legal implantado en el Estado es bastante cutre, por ser suave, porque favorece la implantación de una especie de mafia recaudadora, no soluciona los problemas del pirateo y ancla a la industria de la creación en parámetros totalmente anacrónicos en relación a la sociedad y al mercado actuales. Creo que el Gobierno y su ministra de Cultura se columpiaron sin recato regulando un tema como éste de tapadillo en una ley-cajón de sastre. Creo que Alex de la Iglesia se equivocó al liderar un movimiento de opinión siendo representante de un organismo plural como la Academia de Cine. Pero creo que ha dado en la diana, que su discurso en la gala de los Goya fue valiente, inteligente y un excelente punto de partida sobre el que trabajar. Creo que el lugar para ver una película es la sala de un cine y que, como dijo De la Iglesia, hay un público que no ha pisado una jamás o desde hace mucho tiempo, y al que el cine ha de conquistar. Creo que es un error no hacer autocrítica, igual que creo que hay mucho chupóptero lucrándose del trabajo de otros y, de paso, jodiendo puestos de trabajo. Creo que la cultura ha de ser accesible a todos, pero que eso no significa ni que sea producto de trapicheo ni de lujo. Creo, pero me puedo equivocar.